LD (EFE) En declaraciones a la prensa durante una ceremonia celebrada en la residencia presidencial en la que se entregaron las cartas credenciales a cinco nuevos embajadores en Israel, el presidente Moshé Katzav comentó con una amplia sonrisa: "Yo sé la verdad (de los sucedido), por eso es que sonrío".
Al ser preguntado por los periodistas por cómo se sentía, el presidente israelí manifestó que tenía razones para pensar que los medios de comunicación se sentían mejor que él. Consciente del hecho de que las ceremonias en las que los nuevos embajadores son acreditados en Israel no son frecuentemente atendidas por la prensa, Katzav expresó con cierto cinismo, que se sentía muy contento de que el evento hubiera generado semejante expectación.
De 61 años y presidente desde 2000, Katzav es sospechoso de dos delitos de violación de funcionarias, tres o cuatro de agresión sexual, acoso, prevaricación, obstrucción a la justicia, escuchas telefónicas a sus funcionarios, malversación de fondos públicos y violación de la confianza. El domingo pasado, la Policía israelí recomendó al asesor jurídico del Estado, Menajem Mazuz, iniciar un juicio al presidente al haber encontrado indicios de esos delitos, en los tres meses que duraron las investigaciones.