(Libertad Digital) La decimoctava y última carrera del mundial ha sido para Massa -ha hecho valer su pole-, que ha sido profeta en su tierra, Brasil. Pero el protagonista del día y del año es Fernando Alonso, que ha vuelto a proclamarse campeón del mundo tras derrotar a su máximo rival, Michael Schumacher. Es el adiós del kaiser, un adiós por la puerta grande. Partió desde el décimo puesto, cayó al vigésimo por un pinchazo, pero remontó después hasta ser cuarto.
Fernando Alonso fue segundo y Jenson Button (Honda) cerró el podio. Alonso llegó al circuito de Interlagos con la necesidad de acabar entre los ocho primeros, siempre y cuando el ganador fuera Michael Schumacher, circunstancia ésta que no estuvo en condiciones de convertirse nunca en una realidad, pese a que éste lo intentó hasta el final. Primero el alemán comenzó desde la décima plaza y segundo sufrió un pinchazo en la rueda trasera izquierda cuando sólo se habían completado ocho vueltas que le retrasó irremisiblemente.
Alonso llegó a Interlagos con la necesidad de ser uno de los ocho primeros, siempre que Schumacher fuera el ganador. Pero pronto se vio que esto no iba a ser así. La mala suerte le dio caza en la octava vuelta. Un pinchazo en la rueda trasera izquierda le retrasaba hasta la vigésima plaza. Antes, en el segundo giro, un accidente del alemán Nico Rosberg (Williams-Cosworth) obligó a sacar el safety car. Poco a poco, Schumacher tiró de oficio para remontar hasta el sexto puesto hasta la octava vuelta. Trataba de pasar a Fisichella cuando impactó su rueda contra el alerón delantero del coche del italiano. Pudo ser peor, pero pudo dirigir el coche hasta la calle de boxes.
Alonso ya era segundo cuando el 'Kaiser' recuperaba la normalidad. No había necesidad de forzar ni tentación de pasar a Massa, que desde el principio salió lanzado como una flecha roja motorizada. Tras la segunda parada en boxes dejó casi sentenciada la segunda plaza. El espectáculo lo volvió a poner, como en los siete títulos que consiguió, Michael Schumacher. Una remontada espectacular hasta el quinto puesto a siete vueltas para el final. Despeinó a Fisichella con una gran pasada -el italiano no le aguantó la presión nunca- y luego se tiró a tumba abierta a por Raikkonen, al que superó a dos vueltas para el final. Pedro Martínez de la Rosa, otro español en la cumbre de la velocidad, fue octavo, cuatro posiciones por delante de la que ocupó en la parrilla de salida. El catalán llegó a ir segundo durante algunas vueltas merced a su táctica de salir cargado de combustible.
Alonso pudo así acumular otro récord. Es el piloto más joven, con 25 años, en ser bicampeón del mundo. Hasta ahora, el alemán era quien tenía este récord. Otras plusmarcas por juventud que todavía ostenta el asturiano son los de campeón del mundo, vencedor de un Gran Premio, lograr un podio y hacer la pole position. Renault, quien le ha dado todo al asturiano, ha ganado por segundo año consecutivo el Mundial de Constructores, por delante de la escudería italiana.