L D (EFE) El mal sabor de boca vino porque la plantilla badalonesa salió de inicio a dejar claro que su estado de forma en la ACB es extrapolable a Europa, por muy aspirante al título que fuese el rival. Andrew Betts impuso su ley bajo los tableros y Elmer Bennett demostró su puntería desde la línea de tres puntos para conseguir rápidas ventajas hasta una máxima diferencia en este primer cuarto de nueve puntos (27-18). La clave, sin embargo, fue la defensa asfixiante que pusieron en práctica los verdinegros en esta primera parte y que combinaron con una transición letal. Diamantidis se sentía demasiado solo y a Michael Batiste le superaban las circunstancias, incluso cuando Aíto García Reneses inició las rotaciones.
En el segundo cuarto, y con el regreso a la pista de Andrew Betts, la ventaja badalonesa fue más allá y, en el minuto 15, se situó por encima de los diez puntos (35-24). La superioridad de Betts llegó a ser humillante para los pívots del Panathinaikos y su entrenador, Zeljko Obradovic, tuvo que pedir tiempo muerto cuando vio que su equipo se situaba quince puntos por debajo (39-24, m.16). El problema para Obradovic es que el DKV defendía más, pero también corría más y, ante la pasividad de los jugadores del cuadro griego, las diferencias se dispararon hasta los veinte puntos (44-24, m.18), después de un triple de Paco Vázquez y un robo y canasta de Lubos Barton. Al descanso fueron dieciocho puntos los que separaron a uno y otro equipo (48-30), pero algunos parámetros de la estadística estaban todavía más desequilibrados como, por ejemplo, las asistencias (10-3) o, especialmente, los porcentajes de tiro (62 por ciento del DKV en tiros de dos por un 32 por ciento del Panathinaikos o un 80 frente a un 29 en triples).
Zeljko Obradovic sólo podía acogerse al tópico de que las cosas no podían irle peor y, en la reanudación, su equipo se fue hacia arriba una vez que sus jugadores de perímetro mejoraron la puntería. El más acertado fue Tony Delk, cuyos triples redujeron las diferencias a diez puntos (55-45 y 58-48, ms.26 y 27), en parte también porque el DKV Joventut tenía muchos problemas para ajustar ahora su defensa. La ventaja verdinegra bajó hasta sólo seis puntos (60-54) a poco del final del tercer cuarto, cuando Diamantidis sacó también su talento y Batiste se puso a resolver bajo aros.
Con 64-54 comenzó el último período, en el que el DKV administró cómodamente el marcador hasta que el partido se le complicó ligeramente con diez arriba (71-61, m.33), cuando Betts vio la cuarta falta personal. Gaines y Lubos Barton en la posición de cuatro tenían muchas dificultades para parar a Tsartsaris y Tomasevic por la diferencia de centímetros y el marcador se ajustó poco a poco hasta sólo cinco puntos (71-66, m.36). A poco más de tres minutos para la conclusión, el DKV Joventut ya sólo ganaba por una canasta (71-69) y los parciales para el Panathinaikos empezaban a ser sonrojantes. Aíto García Reneses no tuvo más remedio que devolver a Betts a pista, aunque consciente de que el encuentro se resolvería en el último momento después de que el equipo de Obradovic se situase a sólo un punto (72-71, m.38).
A 1:52, Chatzivrettas, el jugador más decisivo en esta fase clave del partido, equilibraba el marcador (73-73), aunque la misma frialdad que el griego la demostraba Elmer Bennett en el conjunto español. El intercambio de puntos entre ambos jugadores lo rompió Diamantidis con un triple que puso por primera vez por delante al Panathinaikos (75-76, m.39). A 17 segundos del final, Rudy Fernández provocó una falta que derivó en tiros libres para Diamantidis, que anotó uno de los dos (75-77), y en última posesión del encuentro para el DKV Joventut. Obradovic quería sin embargo ese último balón y optó por una falta a Betts, que además falló los dos lanzamientos, para resolver después con dos tiros de personal de Batiste (75-79). El resto fue el intento a la desesperada del DKV Joventut por recuperar el terreno perdido, pero sin tiempo para más que para aumentar los guarismos hasta el 79-82 final.
En el segundo cuarto, y con el regreso a la pista de Andrew Betts, la ventaja badalonesa fue más allá y, en el minuto 15, se situó por encima de los diez puntos (35-24). La superioridad de Betts llegó a ser humillante para los pívots del Panathinaikos y su entrenador, Zeljko Obradovic, tuvo que pedir tiempo muerto cuando vio que su equipo se situaba quince puntos por debajo (39-24, m.16). El problema para Obradovic es que el DKV defendía más, pero también corría más y, ante la pasividad de los jugadores del cuadro griego, las diferencias se dispararon hasta los veinte puntos (44-24, m.18), después de un triple de Paco Vázquez y un robo y canasta de Lubos Barton. Al descanso fueron dieciocho puntos los que separaron a uno y otro equipo (48-30), pero algunos parámetros de la estadística estaban todavía más desequilibrados como, por ejemplo, las asistencias (10-3) o, especialmente, los porcentajes de tiro (62 por ciento del DKV en tiros de dos por un 32 por ciento del Panathinaikos o un 80 frente a un 29 en triples).
Zeljko Obradovic sólo podía acogerse al tópico de que las cosas no podían irle peor y, en la reanudación, su equipo se fue hacia arriba una vez que sus jugadores de perímetro mejoraron la puntería. El más acertado fue Tony Delk, cuyos triples redujeron las diferencias a diez puntos (55-45 y 58-48, ms.26 y 27), en parte también porque el DKV Joventut tenía muchos problemas para ajustar ahora su defensa. La ventaja verdinegra bajó hasta sólo seis puntos (60-54) a poco del final del tercer cuarto, cuando Diamantidis sacó también su talento y Batiste se puso a resolver bajo aros.
Con 64-54 comenzó el último período, en el que el DKV administró cómodamente el marcador hasta que el partido se le complicó ligeramente con diez arriba (71-61, m.33), cuando Betts vio la cuarta falta personal. Gaines y Lubos Barton en la posición de cuatro tenían muchas dificultades para parar a Tsartsaris y Tomasevic por la diferencia de centímetros y el marcador se ajustó poco a poco hasta sólo cinco puntos (71-66, m.36). A poco más de tres minutos para la conclusión, el DKV Joventut ya sólo ganaba por una canasta (71-69) y los parciales para el Panathinaikos empezaban a ser sonrojantes. Aíto García Reneses no tuvo más remedio que devolver a Betts a pista, aunque consciente de que el encuentro se resolvería en el último momento después de que el equipo de Obradovic se situase a sólo un punto (72-71, m.38).
A 1:52, Chatzivrettas, el jugador más decisivo en esta fase clave del partido, equilibraba el marcador (73-73), aunque la misma frialdad que el griego la demostraba Elmer Bennett en el conjunto español. El intercambio de puntos entre ambos jugadores lo rompió Diamantidis con un triple que puso por primera vez por delante al Panathinaikos (75-76, m.39). A 17 segundos del final, Rudy Fernández provocó una falta que derivó en tiros libres para Diamantidis, que anotó uno de los dos (75-77), y en última posesión del encuentro para el DKV Joventut. Obradovic quería sin embargo ese último balón y optó por una falta a Betts, que además falló los dos lanzamientos, para resolver después con dos tiros de personal de Batiste (75-79). El resto fue el intento a la desesperada del DKV Joventut por recuperar el terreno perdido, pero sin tiempo para más que para aumentar los guarismos hasta el 79-82 final.