Arias, cuya presencia concitó a distintas personalidades de la vida social, política y cultural, se preguntó por qué si un español está "en medio de la siesta" y escucha palabras como "bombardeo, Estados Unidos o petróleo" se levanta de la cama y "sale corriendo detrás de un pancarta". A su juicio, la "indignación sacrosanta" de España ante la guerra "tiene mucho de selectiva" y sólo se pone en marcha si los estadounidenses están detrás del conflicto.
En la presentación del libro "Confesiones de un diplomático; del 11-S al 11-M", Arias estuvo acompañado por el juez Baltasar Garzón y por el periodista José Oneto. En el acto, el magistrado recomendó a los presentes la lectura de la obra por didáctica, amena y muy interesante y resaltó una de las frases del libro en la que Arias se cuestiona "si fue bueno o lo peor que podía suceder" el que España fuera entonces miembro del Consejo de Seguridad de la ONU.
Garzón adujo que si España no hubiera estado en esa posición dentro del organismo internacional, la "influencia" del Gobierno del PP en la guerra de Iraq "hubiera sido mucho menor" o, incluso "no se habría tenido en cuenta" y concluyó con que en aquel momento el 76 por ciento de la población estadounidense apoyaba el conflicto mientras que en España el 89 por ciento se posicionaba en contra.
En este sentido, el cónsul recordó que "nadie dudaba" cuando comenzó la ocupación, en marzo de 2003, de que las "armas de destrucción masiva existían" en Iraq aunque sí se cuestionaba en Europa la pertinencia de ir o no a la guerra. Arias, explicó que en EEUU el apoyo a la guerra "fue masivo" aunque en los países europeos no se "captó suficientemente el trauma colectivo, de enorme profundidad" que se vivió en aquel país tras los atentados del 11-S.