Drogba complica la suerte europea del Barcelona con un gol en el descuento (2-2)

(Libertad Digital) Sólo habían transcurrido dos minutos cuando Deco dinamitó el planteamiento de José Mourinho. Un robo de balón en la medular del internacional portugués, una gran jugada individual por la derecha y un remate potentísimo desde la frontal que batió a Hilario. Gran comienzo para el Barça en uno de los clásicos del fútbol europeo por excelencia. El Chelsea tuvo que cambiar su papel. Refugiado en dos líneas de cuatro, necesitaba hacerse con el control del partido, algo para lo que no estaba preparado.

La velocidad de Messi fue el principal argumento ofensivo de los azulgrana. Bien en el desborde, a pesar de ser defendido por uno de los mejores laterales zurdos del mundo como Ashley Cole, el argentino no se lo pensó en la primera que tuvo. Combinó con Zambrotta, superó a su marcador, ganó la línea de fondo y puso el balón franco para Ronaldinho. El brasileño falló lo que no suele, pues completamente solo desde el punto de penalti remató a las nubes en lo que podía haber sido el 2-0. Cuando el Chelsea tuvo que jugar al ataque, el partido se relantizó. Es más, durante unos cuantos minutos, el fútbol se convirtió en una riña barriobajera con Motta y Drogba como protagonistas, un terreno peligroso para los intereses del Barcelona.

Un error en el pase de Messi propició una jugada a la contra del Chelsea y Ballack remató fuera en la primera aproximación de los londinenses (m.17) y cuatro minutos después, Xavi tuvo otra ocasión de oro. En una gran combinación colectiva, Ronaldinho sirvió a Xavi y éste, desde muy cerca y solo ante Hilario, remató contra el cuerpo del portero en otra gran oportunidad. Se encasquilló a partir del entonces, el Barcelona. Sin salida del balón, con escasa circulación, sin profundidad, el Chelsea se hizo con el control del partido, gracias a su intensidad en la medular. En un minuto, en el 33, los ingleses tuvieron dos ocasiones claras, salvadas por Víctor Valdés. En la primera, un servicio de Drogba fue rematado de cabeza por Essien, y en la segunda, un disparo de Robben salió fuera por poco. Mourinho, hasta entonces escondido, saltó como un loco del banquillo al creer que el árbitro Stefano Farina había expulsado a Ashley Cole. Todo el mundo en el campo pensó que en una jugada anterior había amonestado al lateral y que esa era la segunda amarilla, pero el amonestado fue Lampard.

El Barça saltó en la segunda mitad algo dormido y el Chelsea gozó de tres ocasiones claras en pocos minutos. Valdés evitó primero el tanto de Robben tras un cabezazo, el holandés volvió a fallar solo y después Lampard firmó una obra de arte para empatar el partido (1-1). El centrocampista inglés no hizo un buen control, el balón se le escoró a la izquierda y sin ángulo, desde la línea de fondo, lanzó un centro-chut que superó a Valdés en una acción espectacular.

Edmilson entró por un desquiciado Motta y un minuto después apareció Ronaldinho. El brasileño, perdido hasta entonces en la maraña defensiva de los 'blues', se escapó del marcaje Bouhlarouz y regaló el gol a Gudjohnsen, que entró solo en el segundo palo, después de engañar a Terry. Es la quinta diana del islandés esta temporada, la primero que marcaba en el Camp Nou, y además lo consiguió frente al Chelsea, su ex equipo. El 2-1 aplacó al cuadro londinense y el Barcelona se reencontró consigo mismo. Gudjohnsen desaprovechó un buen servicio de Ronaldinho y después tuvo que retirarse lesionado en el tobillo. Entró Giuly y también Joe Cole, un delantero, por Boulahrouz, en un intento de Mourinho de apostarlo todo al juego ofensivo.

En el cuarto de hora final, el gasto físico pesó en los dos equipos. Ballack tuvo una buena ocasión en una llegada de Kalou por la izquierda, Giuly no llegó a un servicio de Iniesta, Messi estuvo a punto de liarla y Carvalho se libró de la amarilla en una acción con Deco. Pero lo peor: el Chelsea se llevó un empate en el último minuto y sin haberlo merecido. Un jugada por la derecha de Essien, un servicio de Terry con la cabeza, un control de Drogba y el balón entró en la portería de Valdés. El Barcelona, tras la victoria del Werder Bremen en Sofía (0-3), es ahora el tercero del grupo y necesita ganar al Levski y también al Werder Bremen en el Camp Nou, en el partido que se presume clave para la suerte europea de los azulgrana.