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Zaplana dice que el 11-M no lo "pone en la agenda" el PP sino "el Gobierno por negarse a dar explicaciones"

El portavoz parlamentario del PP ha defendido que su partido "lo está haciendo bien" en su labor de oposición, tanto en su apoyo al Estatuto andaluz como en su insistencia en denunciar las incógnitas del 11-M. De los atentados de Madrid, ha recordado que está "en la agenda"política" no por las críticas del PP, sino por la resistencia del Gobierno "a dar explicaciones". Respecto a los Estatutos, Zaplana ha dicho que mantiene "hasta la última coma" su artículo crítico con las reformas pese a su apoyo al texto andaluz, que ha justificado como un "mal menor". Su "lealtad" consiste, según Zaplana, en trabajar cada día" para lograr que el PP sea "alternativa de Gobierno".

El portavoz parlamentario del PP ha defendido que su partido "lo está haciendo bien" en su labor de oposición, tanto en su apoyo al Estatuto andaluz como en su insistencia en denunciar las incógnitas del 11-M. De los atentados de Madrid, ha recordado que está "en la agenda"política" no por las críticas del PP, sino por la resistencia del Gobierno "a dar explicaciones". Respecto a los Estatutos, Zaplana ha dicho que mantiene "hasta la última coma" su artículo crítico con las reformas pese a su apoyo al texto andaluz, que ha justificado como un "mal menor". Su "lealtad" consiste, según Zaplana, en trabajar cada día" para lograr que el PP sea "alternativa de Gobierno".
(Libertad Digital) En una entrevista para La Mañana de la COPE, Eduardo Zaplana indicó que la "oposición es siempre criticada", "tiene menos medios" que le apoyan que el Gobierno y, por ello, le "es más difícil trasladar lo que piensa". Pese a estos obstáculos, el portavoz popular sostuvo que su partido, "sinceramente, lo está haciendo bien". "A las pruebas me remito", dijo antes de afirmar que las "elecciones están abiertas". "Habremos cometido errores pero hemos trabajado, hemos denunciado los excesos, que han sido muchos", explicó. "La alternativa existe y podemos ganar las elecciones", dijo.
 
El portavoz parlamentario del PP también defendió sus esfuerzos por tratar de esclarecer la verdad sobre el 11-M. Esfuerzos que el PSOE y sus socios echan por tierra cada que vez que lleva al Congreso preguntas sobre la masacre. Ha vuelto a pasar esta semana cuando Eduardo Zaplana pidió una comisión de investigación por la falsificación del informe sobre ETA y el 11-M.
 
Además de aclarar que no trata de imponer estrategia alguna en el partido cuando reclama explicaciones sobre los enigmas que envuelven a la masacre, Zaplana explicó que eso, tratar de despejar las dudas, también es labor de oposición. "Cuando hay falsedad de un documento oficial y altos mandos policiales imputados, ¿qué hago, lo dejo pasar, no lo llevo al Congreso? ¿ Qué tiene que hacer la oposición, callarse porque alguien haya diseñado una estrategia que convenga a sus intereses?". La respuesta ha sido clara: "Yo voy a seguir exigiendo la verdad".
 
Los instigadores que ya no busca el PSOE
 
Zaplana recordó las presión que el PSOE y sus medios afines ejercieron sobre los peritos, el PP y El Mundo el fin de semana que se destapó la falsificación del informe sobre el ácido bórico. Este lunes, los socialistas anunciaron que no aceptarán la comisión de investigación, entonces fue López Garrido, portavoz parlamentario socialista el que, en una comunicación oficial leída, dijo que iba a perseguir a los instigadores.
 
"Todos saben a quién estaba señalando y en aquel momento salí y le contesté, de acuerdo, le cojo la palabra, es la primera vez que estoy de acuerdo con López Garrido y hay que buscar a los instigadores. Ayer dijo que se le habían malinterpretado sus palabras". Es más, el dirigente del PP recordó que Zapetero llegó a decir ese mismo fin de semana que los populares "éramos prisioneros de nuestras mentiras. ¿Dónde están las mentiras? Que salga él ahora a dar la explicación correspondiente".
 
El papel de Rubalcaba
 
Zaplana denunció que la "cuestión" del 11-M está "mucho más en la calle de lo que a algunos les gustaría". Lo que hace falta, según el dirigente del PP, es "un Gobierno que no imposibilite la investigación". Respecto a la imputación de la cúpula de la Policía científica por la falsificación del informe, Zaplana dijo que "Rubalcaba debería ser el primero que hubiera pedido su comparecencia" pues él mismo afirmó en el Congreso que "Interior no había falsificado ningún documento".
 
Ante esta situación, el ministro "debe asumir su responsabilidad" por lo que el PP le pedirá "explicaciones". "Ha dicho lo contrario de lo que al final ha sucedido", insistió antes de anunciar que lo más posible es que tengan que pedir su dimisión. Zaplana dijo que no entiende por qué el Gobierno "se niega a que la sociedad sepa la verdad".
 
"Si no hubiéramos hablado de este tema", si no lo denunciaran los medios, si "la oposición política no hubiera llevado" el asunto al parlamento, no se sabría "que hay mandos que han falsificado un informe". "Ése es el papel" tanto de los medios como de la oposición, reiteró Zaplana, antes de añadir que "no debe asustar a nadie".  
 
El artículo que mantiene "hasta la última coma"
 
Ante la campaña que han emprendido los medios afines al Gobierno, que tratan de vender una división en el PP, con Zaplana aislado y Acebes "reconvertido", el portavoz parlamentario trató de acabar con las especulaciones dando por segura su continuidad al frente del grupo parlamentario. Pese a esto, no quiso entrar en "comentarios y chascarrillos": "Hago mi trabajo y no me planteo estas cuestiones".
 
"La lealtad es otra cosa", dijo, "es trabajar por un proyecto". "Yo era leal a Aznar y ahora lo soy a Rajoy", con quien afirmó tener un "magnífica relación". Se negó a que se establezca "ninguna competición" en el seno de su partido. "Mi lealtad", dijo, "consiste en trabajar cada día y no medirme con nadie", en "ser amigo de mis amigos y cumplir con mi obligación".
 
Con estas manifestaciones respondía a las críticas recibidas por publicar un artículo contra las reformas estatutarias. Zaplana reiteró que sigue "manteniendo hasta la última coma" de lo que escribió. Su apoyo parlamentario al texto, dijo, se debió a su decisión, y la de su partido, "de ser posibilista" y hacer que el Estatuto "fuera lo menos malo posible".

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