La conexión Villa-Vicente da la victoria al Valencia ante un Mallorca que prolonga su maleficio en Mestalla (3-1)

(Libertad Digital) La noche empezó fría y al partido le costó coger ritmo. Fue el Mallorca el que antes se cargó las pilas con un fútbol intenso y con constantes apoyos, pero con poca profundidad y disparos tan lejanos como desviados. El Valencia necesitó casi veinticinco minutos para dar señales de vida y lo hizo en una jugada bien trenzada que acabó con un remate peligroso de Angulo que Toni Prats neutralizó y, en el rechace, Villa envió fuera, en algo que no suele perdonar el asturiano.

A partir de entonces el equipo local se entonó, se empezó a aproximar con más frecuencia a la portería del Mallorca, un equipo que acusó las dos tarjetas que casi de forma consecutiva vieron los centrales Ballesteros y Nunes. El gol fue el primer destello. Un contragolpe de Villa acabó con pase a Vicente, que le metió el balón a Prats por el único hueco posible. De ahí al descanso, un Mallorca que no varió su forma de jugar y se vio a un Valencia más suelto, en busca del segundo tanto, que pudo llegar en un potente zurdazo de Villa.

Aunque el Mallorca se mostró muy sólido y presionante en el inicio del segundo tiempo, el Valencia destrozó su trabajo en un robo de balón de Vicente que propició un pase letal a Villa. El contragolpe supuso el 2-0. El partido se había puesto donde al Valencia le interesaba. Sin descuidar la defensa, el equipo trataba de buscar el gol con la incorporación de Morientes y Joaquín, al tiempo que permitía que pelota fuera propiedad de un Mallorca que no supo aprovecharla para llevar peligro a la portería de Cañizares.

Fue en otra contra cuando llegó el 3-0, marcado por Morientes con la cabeza y después de un magistral pase de Angulo desde la derecha. Fue a partir de entonces cuando el Mallorca se entonó y trató de llegar con peligro a la portería de un Santi Cañizares que acaba de cumplir 37 años. Lo intentaron los insulares con una peligrosa incursión de Varela que desembocó en una falta lanzada sin éxito por Arango, hasta que llegó la jugada del 3-1. David Navarro derribó a Víctor Casadesús en el área y Jonás se encargó de transformar el penalti, aunque ya casi sin tiempo para la reacción.