LD (Agencias) El Tribunal Penal Supremo de Irak ha reanudado el juicio contra Sadam Husein y siete de sus antiguos colaboradores por el llamado "caso Al-Anfal". A los acusados se les responsabiliza de la desaparición o asesinato de 180.000 kurdos.
Sadam Husein, que fue el primero de los acusados en acceder a la sala del tribunal, apareció vestido con su habitual traje negro y camisa blanca. El rostro del dictador no mostraba alguna de preocupación o nerviosismo. Después de sentarse en el banquillo esperó en silencio a que los otros seis acusados fueran entrando uno a uno en la sala.
El juez Mohamed Oreibi Jalifa inició la sesión -la vigésimo primera desde el comienzo del proceso en el "caso Al-Duyail" el pasado veinticinco de agosto- con el testimonio de un ciudadano kurdo cuyo discurso iba siendo traducido al árabe. El equipo de la defensa de los siete acusados tampoco se presentó en la sala, ya que boicotea el proceso desde el pasado día 30 cuando el presidente del tribunal rechazó un pliego de solicitudes de los abogados, entre ellas la participación de letrados árabes y extranjeros en el proceso.
En las pasadas sesiones el tribunal escuchó los testimonios de varios kurdos víctimas de la campaña de Al-Anfal, lanzada entre 1987 y 1988 por el ejército iraquí contra miembros de esta etnia en el norte de Irak. Según cifras facilitadas por el Fiscal General, más de 180.000 kurdos fueron asesinados o desaparecieron en durante aquella ofensiva que coincidió con los últimos dos años de la guerra entre Irak e Irán (1980-1988).
En tanto, la mañana de este martes las calles bagdadíes han recuperado la actividad cotidiana tras levantarse el toque de queda impuesto desde hace tres días en previsión de atentados por la condena contra Husein. La medida se extendió a las provincias de Bagdad, Dilaya, Salah al-Din y Nínive. Las tiendas abrieron y los vehículos comenzaron a circular por las calles de las capitales provinciales excepto en la última donde continúan impuestas las restricciones contra personas y vehículos.