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La dificultad para vender una vivienda aumenta de tres a cinco meses desde el verano

A la cada vez más elevada desaceleración de los precios y después de que Solbes reconociera que es posible que el precio de la vivienda se desplome, se suma un nuevo dato al mercado inmobiliario y es que el tiempo medio empleado en vender un piso o una casa ha aumentado de tres a cinco meses desde el verano. Esto supone un incremento del 66 por ciento en el tiempo estimado. El nuevo escenario afecta a las agencias inmobiliarias que tenderán a la profesionalización.

A la cada vez más elevada desaceleración de los precios y después de que Solbes reconociera que es posible que el precio de la vivienda se desplome, se suma un nuevo dato al mercado inmobiliario y es que el tiempo medio empleado en vender un piso o una casa ha aumentado de tres a cinco meses desde el verano. Esto supone un incremento del 66 por ciento en el tiempo estimado. El nuevo escenario afecta a las agencias inmobiliarias que tenderán a la profesionalización.
LD (Europa Press) En opinión de idealista.com, "corre una época de rebajas, pero los vendedores particulares no son conscientes de este cambio". Por ello, las agencias tendrán que empezar a desarrollar un "papel educador del vendedor" para conseguir que su oferta se adapte a la demanda, recomendando en ocasiones rebajar los precios de venta planteados por los propietarios antes de la comercialización de sus inmuebles, o, como explicó, "poníendoles los pies en el suelo".
 
En este contexto, la agencia deberá desarrollar unos servicios dotados de mayor profesionalidad para orientar a los vendedores hacia una mejor comercialización de las viviendas, ya que, como señala Encinar, "está desapareciendo el comprador inversor", pero sigue prevaleciendo el que destinará la vivienda para su uso personal, que se muestra habitualmente más exigente ante la oferta. Desde Idealista.com se apunta, por otro lado, que aquellas agencias que cuentan con más experiencia se adaptarán más fácilmente al cambio de ciclo, dado su mayor conocimiento del sector, mientras que aquellas que comenzaron su actividad "al calor del boom inmobiliario", previsiblemente, "lo van a pasar mal".
 
Por otro lado, Encinar indicó que el cambio en el servicio que las agencias inmobiliarias ofrecerán a sus clientes les llevará a  plantear un "menú a la carta". En este sentido, explicó que las agencias inmobiliarias ya no cobrarán un cuota fija por todos los servicios que ofrecen, sino que dispondrán de tarifas diferenciadas en función las necesidades de los clientes. Así, los compradores podrán decidir si quieren que la agencia les ayude a encontrar financiación para su compra o se haga cargo de los trámites necesarios. Asimismo, el vendedor tendrá la posibilidad de elegir, por ejemplo, entre que la agencia sólo publique un anuncio de la vivienda en venta o además se encargue de enseñar el inmueble a los posibles compradores. Todas estas opciones serán facturadas con tarifas adaptadas a las distintas variantes.
 
Otro de los elementos que hará cambiar la forma de trabajar de las agencias será el uso de Internet, que, según Encinar, desplazará a los medios tradicionales de promoción, de forma que "en los próximos años será la herramienta más utilizada". "Mayor sofisticación tecnológica, más herramientas de medición y menús de servicios" son algunas de las claves que Encinar precisa a la hora de perfilar el futuro de las agencias inmobiliarias.

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