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Los terroristas de Hezbolá paralizan Líbano en una violenta jornada de huelga general

La oposición libanesa, liderada por el grupo terrorista pro iraní Hezbolá, logró paralizar el país en una jornada de huelga general marcada por los violentos enfrentamientos entre partidarios y detractores del paro. El golpe más espectacular de los huelguistas fue bloquear parcialmente el aeropuerto de Beirut, el único internacional del país. El balance de víctimas deja tres muertos y 133 heridos. Dos de las víctimas perdieron la vida en un barrio de la ciudad norteña de Trípoli durante un enfrentamiento entre partidarios de la antisiria Corriente del Futuro, encabezada por el diputado Saad Hariri, y seguidores del grupo terrorista Hezbolá. A primera hora de la noche Hezbolá anunció el fin de la huelga.

La oposición libanesa, liderada por el grupo terrorista pro iraní Hezbolá, logró paralizar el país en una jornada de huelga general marcada por los violentos enfrentamientos entre partidarios y detractores del paro. El golpe más espectacular de los huelguistas fue bloquear parcialmente el aeropuerto de Beirut, el único internacional del país. El balance de víctimas deja tres muertos y 133 heridos. Dos de las víctimas perdieron la vida en un barrio de la ciudad norteña de Trípoli durante un enfrentamiento entre partidarios de la antisiria Corriente del Futuro, encabezada por el diputado Saad Hariri, y seguidores del grupo terrorista Hezbolá. A primera hora de la noche Hezbolá anunció el fin de la huelga.
L D (EFE) Según informaron fuentes de las Fuerzas de Seguridad Interior de Líbano en la zona de Batrín, también ubicada en el norte del país, la violencia se cobró una víctima mortal, mientras que los heridos lo fueron también en los enfrentamientos registrados en diferentes zonas del país.
 
Las vías de acceso al aeropuerto estaban bloqueadas por las barricadas y algunos de los vuelos, como los que la línea nacional Middle East Airlines opera hacia El Cairo, París, Kuwait, Qatar y Omán, tuvieron que ser suspendidos.
 
El ejército y la policía, desplegados desde la noche de modo masivo, dejaron a los manifestantes actuar, actitud que fue duramente criticada por los partidos pro gubernamentales, que calificaron lo sucedido de "golpe de Estado". "La autoridad no hizo su deber y defendió a los manifestantes en lugar de despejar las carreteras las rutas y proteger a los ciudadanos que querían trabajar", afirmó el líder cristiano Samir Geagea, jefe de las Fuerzas Libanesas.

Según Geagea, "lo que está sucediendo nada tiene que ver con la democracia y la libertad. Quieren transformar su movimiento en un golpe de Estado", dijo a la televisión LBC. Ante las crecientes protestas, la policía y el ejército comenzó a abrir las rutas mas tarde e interponerse entre los adversarios, disparando muchas veces en el aire para separarlos.

También detuvieron a varias personas por disturbios, según mostraron las televisiones locales, sin precisar el número. Los medios locales han informado de la muerte en los enfrentamientos de dos personas, una en Sofar (este del país), según la Agencia de Noticias Nacional, y otra en la aldea de Halba, al norte del país, según emisoras locales. Sin embargo, una fuente de la Seguridad Interior contactada por Efe desmintió que haya habido muertos y aseguró que a las dos de la tarde se habían registrado 58 heridos, entre graves y leves, pero ninguna víctima mortal.

Desde las primeras horas del día, partidarios de la oposición liderada bloquearon varias carreteras principales con neumáticos, coches y ramas de árbol quemados, así como con aceite, clavos y otros artefactos. El cielo estaba ennegrecido en numerosos lugares de la ciudad por la quema de los neumáticos y otros objetos. Estos bloqueos tempraneros fueron la causa de los primeros disturbios con los simpatizantes de la mayoría parlamentaria anti siria, que querían trasladarse a su lugar de trabajo respondiendo al llamamiento de sus líderes, quienes habían pedido considerar el día como "normal" y ser mas "productivos y eficaces" para ayudar al resurgimiento del país.

Varios incidentes se produjeron entre grupos rivales, que se enfrentaban con piedras y hasta con armas de fuego en varias ocasiones. El espectáculo es desolador en las rutas que reabrieron donde se ven coches y los restos de los neumáticos quemados.

La mayoría de los comercios de Beirut y otras ciudades tampoco pudieron abrir sus puertas, aunque muchos de ellos habían anunciado que no se sumarían a la huelga. Solo algunos bancos lo hicieron en algunas regiones, mientras que los colegios, que en un principio habían llamado a un día normal, enviaron mensajes a través de teléfonos móviles anunciando la suspensión de las clases. "La coalición del 14 de Marzo (anti siria) resultó ganadora, ya que la oposición ha empleado medios no democráticos", afirmó el ex presidente Amin Gemayel a la televisión Futuro, estimando que lo que sucede "demuestra que los libaneses son solidarios con su gobierno".

También el ministro por interino de Asuntos Exteriores, Tarek Mitri, comparó lo sucedido a un "golpe de Estado". "Lo que sucede nada tiene que ver con la democracia y la expresión libre y pacífica", afirmó, exhortando a los libaneses a volver a la razón y reanudar el diálogo.

El general cristiano Michel Aoun, aliado de Hezbolá y uno de los convocantes de la huelga, declaró que el paro había sido "un éxito", congratulándose de la actuación de las fuerzas de seguridad que "hicieron su deber y contuvieron las violencias". Se espera que la oposición anuncie otras medidas de escalada de su movimiento golpista, que pretende en último término derrocar al gobierno pro occidental de Fuad Siniora.

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