(Libertad Digital) Santiago Mainar fue el candidato del PSOE en las últimas elecciones. Pero no era la única rivalidad que mantenía con el alcalde asesinado. También tenía pleitos por motivos económicos y mantenía una encarnizada enemistad con Miguel Grima. "No se que fue antes, si la rivalidad política o el empecinamiento contra Miguel", dice el presidente del PP en Huesca, que cree que la política no ha tenido ninguna importancia en esta enemistad. "En los pueblos pequeños la política no es lo más importante". "Santiago Mainar se ha dedicado a mancillar la memoria de Miguel".
Antonio Torres recuerda varias anécdotas por la inquina que Mainar tenía contra el alcalde. "Llego a pinchar un conducto para llevarse el agua para él, pasó sus vacas por una calle recién asfaltada con el apoyo de todo el pueblo. Tenía un comportamiento injustificado", señala.
Sobre la supuesta amistad entre ambos vecinos de Fago antes de convertirse en enemigos, Torres asegura que no le consta que fueran nunca amigos. "Eso lo ha dicho Mainar".
El presidente del PP en Huesca relata que todo empezó hace unos cuatro años, cuando se planteó la inviabilidad de Fago como municipio porque ya no tenía recursos. Entonces un grupo de vecinos buscó fórmulas para hacerlo viable actualizar el municipio y desarrollarlo. "Fue como pasar de pronto del siglo XIX al XXI". "Un grupo pequeño se negó en redondo y se dio el normal debate político", cuenta Torres. Si embardo, que los opositores al desarrollo eran una minoría lo demuestran los resultados de las últimas elecciones. El candidato del PP, el alcalde asesinado obtuvo 17 votos frente a los 5 que consiguió el ahora detenido por su asesinato y candidato del PSOE.
Fago sigue sin alcalde hasta que el día 22 se celebre una asamblea en la que se elegirá nuevo regidor si los acontecimientos no cambian las cosas.
Torres dijo a Libertad Digital que en el pueblo se respira "nerviosismo y tristeza. Causa una cierta ansiedad mirarte por encima del hombro. Todo el mundo estaba deseando que se desvelase el asunto".
Antonio Torres criticó duramente el tratamiento del asesinato en Televisión Española, tanto antes del suceso, con un reportaje emitido por La 2 en Línea 900 en la que sólo se mostraba una versión de lo que sucedía en el pueblo, como después. "Son informaciones que de alguna manera vienen subliminalmente a justificar por qué un alcalde elegido democráticamente aparece acribillado a tiros en una cuneta de una carretera al lado de su pueblo", dijo. "Es una información poco objetiva y muy, muy, muy capciosa".