(Libertad Digital) La voz de alarma la puso este martes a última hora la Confederación Española de Policía. El Gobierno de Mauritania no permite salir del país a cincuenta funcionarios de Policía españoles de la Unidad de Intervención de Madrid. Según las fuentes consultadas por Libertad Digital, un grupo de funcionarios del Gobierno mauritano tomó las pistas del aeropuerto para impedir la salida del vuelo. Al parecer el país africano no se fiaba del Gobierno español y no permitía la salida de los policías españoles hasta que no se llevaran a todos los inmigrantes del pesquero.
Antes de que se produjera este lamentable suceso, el portavoz de CEP, Rodrigo Gavilán, denunciaba que "a docenas de policías todavía no se les ha facilitado alojamiento en estos dos últimos días", quien además criticó que hayan "tenido que dormir una noche y la que viene en una antigua nave industrial sobre cajas de cartones, en condiciones higiénicas deplorables, sin agua corriente ni luz eléctrica". Asimismo, aseguró que "han tenido que asearse en el agua del mar y llevan sin comer en estas últimas 48 horas más que el catering del avión, es decir dos bocadillos".
El testimonio de Gavilán ha sido este miércoles confirmado por uno de los cincuenta agentes a quienes las autoridades mauritanas cercaron impidiendo su salida. El policía, como el resto de sus compañeros, no ha querido que se le identificara porque temen "represalias". El calvario que han vivido estos funcionarios públicos, enviados por el Gobierno de Zapatero, durante tres días ha concluido al fin este miércoles en el aeropuerto de Barajas donde para colmo les han extraviado las maletas, aunque finalmente las han podido recuperar.
Su testimonio estremecedor ha servido para completar los hechos que la CEP ha denunciado. Contaba, que así como Cruz Roja tenía previsto para los inmigrantes los medios que éstos podían necesitar como "mantas" u otros utensilios, no ha sido así para los agentes. "No había ninguna infraestructura". Pero es que no sólo no han comido, no han dormido y se han tenido que asear con agua del mar, sino que las mascarillas, necesarias para no contagiarse de las posibles enfermedades que pudieran tener los inmigrantes, sirven para un par de horas pero los policías han permanecido con ellas "tres días".