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Bruselas no ve problemas de competencia en la compra de Scottish Power por Iberdrola y aprueba la operación

La Comisión Europea dio este jueves su visto bueno a la adquisición del grupo energético escocés Scottish Power por parte de Iberdrola, al considerar que no afectará significativamente a la competencia en el Espacio Económico Europeo. Tras analizar la operación, Bruselas concluyó que el solapamiento de las actividades de ambas empresas es "limitado" y que la entidad resultante seguirá teniendo competidores fuertes y eficientes en los mercados en que operan.

La Comisión Europea dio este jueves su visto bueno a la adquisición del grupo energético escocés Scottish Power por parte de Iberdrola, al considerar que no afectará significativamente a la competencia en el Espacio Económico Europeo. Tras analizar la operación, Bruselas concluyó que el solapamiento de las actividades de ambas empresas es "limitado" y que la entidad resultante seguirá teniendo competidores fuertes y eficientes en los mercados en que operan.

LD (EFE) El ejecutivo comunitario tampoco cree que los incentivos fiscales que Iberdrola podría obtener en España por la compra del grupo escocés -por la mejora de sus exportaciones como resultado de la adquisición- vayan a suponer un perjuicio a la competencia en el mercado energético, ni en España ni en el Reino Unido.

La segunda eléctrica española anunció el pasado 27 de noviembre el proyecto amistoso de adquisición de Scottish Power por un importe de 17.200 millones de euros. En un comunicado, la Comisión recordó que Ibedrola opera en España y Latinoamérica en los sectores de electricidad y gas, ingeniería, construcción e inmobiliario, en tanto que la presencia de Scottish Power se limita a los mercados del gas y la electricidad en el Reino Unido y, en menor medida, en Irlanda.

La investigación de los servicios de Competencia de Bruselas detectó cierto solapamiento entre las actividades de las dos compañías en el comercio a nivel europeo de la denominada electricidad "financiera" y de derechos de emisiones de CO2 (dióxido de carbono), pero llegó a la conclusión de que la posición de la entidad resultante en ambos mercados es "muy limitada".

Respecto al solapamiento que se producirá en el futuro próximo en el ámbito de la generación eléctrica en el Reino Unido, donde Iberdrola planea desarrollar parques eólicos, la Comisión Europea concluyó que, incluso así, la fusión no supone problemas para la competencia en el mercado británico en su conjunto ni en el escocés en particular. En todos esos ámbitos, recalcó Bruselas, la nueva compañía seguirá afrontando una competencia dura y efectiva por parte de empresas con importante cuota de mercado.

El Ejecutivo comunitario también evaluó la repercusión de los incentivos fiscales vigentes en España que permiten a las empresas que adquieren una participación en compañías extranjeras desgravarse hasta el 12 por ciento del precio pagado si la operación les permite incrementar sus exportaciones. El objetivo era determinar si esa ventaja fiscal podría aumentar la fortaleza financiera de la compañía y afectar en alguna medida a la competencia en el mercado energético, lo que, según Bruselas, "no sucede en este caso".

Atendiendo a adquisiciones previas efectuadas por Iberdrola, la Comisión Europea cree que la compra de Scottish Power podría reportar a la eléctrica española un beneficio fiscal de hasta el 10 por ciento de los ingresos del grupo escocés en 2006. Pero incluso en ese caso, Bruselas descarta que la mayor solidez financiera de la compañía resultante de la fusión pueda suponer una "amenaza" para la competencia en los mercados energéticos del Reino Unido y España, dado el alcance limitado de la actividad de las partes y la fortaleza de sus competidores.

La Comisión recalcó que, con este dictamen, no entra en la cuestión de si los citados incentivos fiscales constituyen o no ayuda de Estado y se limita a evaluar su efecto sobre la competencia.

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