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La AIEA certifica que Irán sigue enriqueciendo uranio pese al ultimátum del Consejo de Seguridad

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) certificó este jueves lo que ya era un secreto a voces: Irán sigue enriqueciendo uranio y expande sus actividades nucleares, pese al plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que concluye este mismo jueves, para que Teherán suspenda todas sus actividades en ese campo. El informe de la agencia publicado en Viena confirma los reiterados desafíos del régimen de los ayatolás y su presidente, Mahmud Ahmadineyad. EEUU y Reino Unido no descartan una intervención militar.

La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) certificó este jueves lo que ya era un secreto a voces: Irán sigue enriqueciendo uranio y expande sus actividades nucleares, pese al plazo dado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que concluye este mismo jueves, para que Teherán suspenda todas sus actividades en ese campo. El informe de la agencia publicado en Viena confirma los reiterados desafíos del régimen de los ayatolás y su presidente, Mahmud Ahmadineyad. EEUU y Reino Unido no descartan una intervención militar.
L D (EFE) En el sumario de su informe de seis páginas, la AIEA señala que "Irán no ha suspendido sus actividades relativas al enriquecimiento (de uranio)" y "ha continuado también con la construcción de la planta piloto de enriquecimiento de Natanz". El documento, al que tuvo acceso Efe, fue redactado por el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Mohamed El Baradei.
 
El Consejo de Seguridad exige a Irán la suspensión del enriquecimiento de uranio, lo que en caso contrario podría comportar la imposición de sanciones adicionales contra la República Islámica. En la planta de Natanz, al sur de Teherán, en una instalación atómica subterránea protegida por baterías antiaéreas, la AIEA certificó en febrero el funcionamiento de dos "cascadas" de 164 centrifugadoras nucleares en vacío, a las que se han unido la instalación parcial de otras dos cadenas de 164 de esos artefactos.
 
El crucial informe con estas conclusiones ya ha sido enviado para su evaluación a los 35 países miembros de la Junta de Gobernadores de la AIEA y a los 15 que integran el Consejo de Seguridad. Irán informó también a la AIEA de que a finales de febrero va a empezar a alimentar con hexafluoruro de uranio (UF6) las centrifugadoras recientemente instaladas en Natanz.

El siguiente paso sería avanzar "de forma progresiva con la instalación de 18 cascadas de (un total de) 3.000 máquinas", para empezar a ponerlas operativas de "forma gradual en mayo de 2007", según los planes iraníes que recoge el documento. "La agencia es incapaz de verificar la ausencia de material nuclear no declarado", añade el informe, debido a la falta de cooperación total de la República Islámica.

El texto indica que entre el 2 de noviembre de 2006 y el 17 de febrero de 2007, un total de 66 kilos de UF6 han sido utilizados en procesos de enriquecimiento de uranio hasta un nivel por debajo del 5 por ciento. Esta cantidad es muy pequeña, "un nivel de investigación", para probar el funcionamiento de las centrifugadoras nucleares de forma coordinada, aseguró una fuente diplomática conocedora del programa nuclear iraní. "No hay progresos en ningún asunto", resumió otro diplomático cercano a la AIEA, algo que debería darse para aclarar casi 20 años de actividades nucleares no declaradas.

Por otra parte, Irán sigue sin cooperar de forma plena con la AIEA, como demuestra que la agencia indique que no ha recibido información adicional sobre programas de otras centrifugadoras conocidas como P-1 y P-2. El documento también señala las trabas burocráticas impuestas, como que Teherán "no estaba en posición de aprobar la designación de 10 inspectores" a finales de enero para reemplazar funcionarios de la ONU que habían dejado el país, así como la prohibición de entrar en el país a 38 inspectores del AIEA.

La producción de una cantidad significativa de uranio enriquecido, que dependiendo de su grado de pureza puede ser utilizado para generar energía (un 4%) o alimentar una bomba nuclear (90%), requiere del funcionamiento combinado de miles de centrifugadoras nucleares. Las autoridades iraníes anunciaron en 2006 su pretensión de instalar 3.000 centrifugadoras en Natanz y el montaje de los últimos artefactos demuestran que son la avanzadilla de esos planes. La ONU dio el pasado 23 de diciembre un mandato a la AIEA para elaborar en 60 días un informe que estableciera si Teherán ha cumplido o no con la resolución 1.737, que exige detener "todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio y su reprocesado, incluida la investigación y el desarrollo".

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