LD (EFE) El último atentado terrorista en Irak se ha registrado en la ciudad de Mosul, a unos cuatrocientos kilómetros al norte de Bagdad. Allí, un terrorista suicida empotró el vehículo que conducía contra una comisaría. La explosión, que casi destruyó el edificio y causó daños en los edificios cercanos, dejó siete muertos y veinticinco heridos, en su mayoría agentes de la Policía.
Minutos antes, en el centro de Bagdad, un coche-bomba explotaba minutos después de ser aparcado en la plaza Al-Hurriya. El ataque se ha saldado con la muerte de cinco personas y dejaron heridas a diez más. El estallido causó daños en los vehículos aparcados en las proximidades y en los edificios colindantes.
Por la mañana de este martes, en la ciudad de Baj, provincia de Ninive, un terrorista suicida hacía estallar una bomba que tenía adosada al cuerpo justo en la puerta de entrada de una empresa de construcción. Cuatro trabajadores que esperaban para entrar murieron y otros cuatro resultaron heridos.
Según la Policía, otras dos personas murieron y cinco resultaron heridas por la explosión de un artefacto en un restaurante del centro de Bagdad. La bomba destrozó el comedor del restaurante Abú Ali situado en la plaza Al-Tairán y provocó desperfectos en los locales aledaños. Los heridos fueron trasladados a varios hospitales de las proximidades.