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Un testigo policial dice que compraron una "bolsa azul" porque era "calcada" a la mochila aparecida "en los medios"

El tercer testigo en comparecer en el juicio del 11-M es uno de las inspectores de la UCIE de la sección dedicada al Magreb y que participó en las primeras detenciones por los atentados. El policía ha corroborado que fue la mochila de Vallecas la que trajo los "primeros indicios" que llevaron a arrestos como la de los dos hindúes que después salieron absueltos. También se ha referido a la "confusión" de la "bolsa azul" que se envió al juzgado como si fuera la mochila número 13. El agente ha dicho que la compró su sección para que la Policía Científica "cotejara las fibras" con la auténtica porque era "calcada" a la que vieron "en los medios". Sin embargo, desconoce si se terminó remitiendo a esa unidad.

El tercer testigo en comparecer en el juicio del 11-M es uno de las inspectores de la UCIE de la sección dedicada al Magreb y que participó en las primeras detenciones por los atentados. El policía ha corroborado que fue la mochila de Vallecas la que trajo los "primeros indicios" que llevaron a arrestos como la de los dos hindúes que después salieron absueltos. También se ha referido a la "confusión" de la "bolsa azul" que se envió al juzgado como si fuera la mochila número 13. El agente ha dicho que la compró su sección para que la Policía Científica "cotejara las fibras" con la auténtica porque era "calcada" a la que vieron "en los medios". Sin embargo, desconoce si se terminó remitiendo a esa unidad.
(Libertad Digital) La finalidad de este interrogatorio es determinar cómo se produjeron las primeras detenciones, por los que sus respuestas pueden resultar clave para aclarar algunos puntos de la investigación. El agente indica que mientras que en la tarde del 11-M "no se sacó nada importante", el día12 "se nos comunica que hay unos primeros indicios" relacionados "con la aparición del móvil trium con la tarjeta amena de la mochila número 13", la mochila de Vallecas. El agente participó en la detención de los dos hindúes que después salieron libres y participó en el registro de la tienda, en que "no se halló nada en especial".
 
El policía también participó "en la localización de la persona que había alquilado" la vivienda al tunecino, cuando empiezan a "tener indicios relevantes" de que se trata de un "atentado islamista". "No era ningún secreto que vivía" en Madrid "el Tunecino, conocido por sus ideas bastante extremas", ha indicado el agente, que ha recordado después que hallaron "su domicilio cerrado". El casero les dijo unos días después que tras cinco años sin tener "ningún problema con él", en la primera quincena de marzo había "desaparecido sin dejar rastro". "Nos quedamos con la antena puesta", ha dicho, "ante la ausencia de pistas sólidas era un indicio".
 
¿Bolsa o mochila?
 
Con las preguntas de los abogados de la acusación han llegado las cuestiones más concretas sobre la investigación de los atentados. Como respuesta a una cuestión del letrado de la AVT, ha explicado que se "remitió una bolsa azul al juzgado" en alusión a la que se envió al juez Del Olmo como si fuera la mochila de Vallecas. Indicó que "se compró en la calle Caravaca" porque les "parecía calcada a las que habíamos visto en los medios que había estallado en los trenes".
 
Eligieron esa tienda, ha dicho, porque "ahí trabajaban" personas relacionadas con el 11-M. "Se pensó que a lo mejor se podía pedir el cotejo de las fibras. No es otra cosa y de ahí vino la confusión", ha dicho. El letrado ha pedido al testigo que especificase si era una mochila o una bolsa, para precisar qué fue lo que se utilizó en los trenes. Sin embargo, Gómez Bermúdez no ha considerado pertinente la pregunta porque a lo largo de todo el sumario ambos términos se utilizan como sinónimos.
 
"Era una bolsa con asas", ha precisado el testigo sobre la que adquirió su unidad, que ha dicho que "desconoce" si se encontró "identidad" entre la mochila número 13 y la que ellos compraron. "No participo en los análisis", ha insistido, "la compraron personas de la unidad" y "desconoce si se remitió a la Policía científica". "Andaban rondando esa bolsa azul con asas", ha declarado.
 
El último miembro de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) que declaró como testigo explicó que a pesar de saber que Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, alias "Sarhane El Tunecino" era "una persona de consideración" en ambientes radicales islamistas dadas sus ideas, no le relacionaron con la masacre hasta que ésta ya se había producido. "La gran faena es que siempre fuimos un paso por detrás de ellos", indicó.
 
A preguntas de las defensas, añadió, por otra parte, que tiene absoluta seguridad de que Mohamed Afalah, uno de los huidos de la casa de Leganés, murió en Irak. Explicó que el padre de Afalah, Ahmed, recibió dos llamadas a su móvil en mayo de 2005. En la primera de ellas, el día 12, el propio huido le comunicó a su padre su intención de morir como mártir. Tras varios intentos de contacto fallidos para comunicarse con su padre a través de un teléfono de "seguridad" acabó llamándole al móvil porque "ya no le importaba ser detectado por la Policía" ya que tenía decidido "coger el taxi", explicó el inspector, en referencia al vehículo suicida que la Policía considera utilizó Afalah en su atentado en Irak.
 
El padre del huido recibió, posteriormente, una segunda llamada de otra persona que le dijo que su hijo "ya estaba con Alá" y había "cumplido como muyaidin". El testigo añadió que el acusado Mohamed Larbi Ben Sellam declaró tras su detención a preguntas de la Policía sobre el paradero de Afalah que "estaba muerto".
 
El miembro de la UCIE indicó además que estuvo presente en Leganés en el momento en que se produjo la explosión ya que los agentes desplazados a la vivienda avisaron a su unidad después de que se desencadenara un tiroteo. "Llegamos y explotó la casa", indicó y expresó que todo lo que conoce sobre lo sucedido allí le ha llegado "por referencias". "He oído todo tipo de versiones y ni yo mismo tengo claro lo que ocurrió allí".

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