L D (EFE) El Real Madrid perdió el primer partido de la temporada en Vistalegre a manos del Gran Canaria, que le devolvió un marcador idéntico al que le costó la eliminación en los cuartos de final de la pasada Copa del Rey ante los madridistas. Nadie había sacado nada positivo de Vistalegre este curso. A los canarios les importó poco. Afrontaron el partido con todos los deberes hechos para romper la estadística. Hicieron acopio de paciencia, confianza y respuestas concretas sobre el parqué y actuaron al nivel que la Liga exige actualmente para ganarse un puesto en las series por el título.
El primer cuarto ya ofreció retazos de la solidez isleña. Sobre todo por el infalible despliegue de Jim Moran. El alero irlandés firmó once puntos sin fallo: tres de tres de dos, uno de uno en triples y dos de dos desde la línea de personal. Un triple desde medio campo del estadounidense Marcus Norris clausuró el periodo en tablas (24-24) tras remontar los canarios el 21-13 del minuto 9. El Madrid, no obstante, consiguió dominar el primer tiempo con otro triple al límite y desde la lejanía, como el anterior de Norris, pero a cargo de Alex Mumbrú (41-38). El descanso le dio un respiro, aunque no varió el ánimo del cuadro insular.
El Gran Canaria enseñó los dientes sin medias tintas en cuanto el balón volvió a moverse y con un parcial de 2-9 volteó el marcador (43-47). Al Madrid, que le costaba encontrar resquicios en la defensa amarilla y que no había rentabilizado los rebotes de ataque por los fallos en las segundas opciones de tiro, no le quedó mas remedio que recurrir al asidero que más garantías le ofrece cuando las cosas le vienen mal dadas: el estadounidense Louis Bullock. El escolta posibilitó una buena serie ofensiva blanca en las postrimerías del tercer cuarto que devolvió el control de la situación al Madrid y frenó la marcha canaria (64-59).
Las pretensiones canarias seguían intactas a siete minutos para el final (66-66). Lo mejor de todo es que el miedo brillaba por su ausencia en los dos cincos. Rivalizaban por ganar con más baloncesto, más esfuerzo y más acierto. Por ser mejor que el adversario simplemente. El Madrid, después de todo, entró en los cuatro últimos minutos con la ventaja a su favor (73-69) pero a falta de 31 segundos el dueño del partido era el Gran Canaria (80-81) que sentenció su victoria gracias a los tiros libres sin que un triple postrero de Raúl López pudiera forzar la prórroga.
El primer cuarto ya ofreció retazos de la solidez isleña. Sobre todo por el infalible despliegue de Jim Moran. El alero irlandés firmó once puntos sin fallo: tres de tres de dos, uno de uno en triples y dos de dos desde la línea de personal. Un triple desde medio campo del estadounidense Marcus Norris clausuró el periodo en tablas (24-24) tras remontar los canarios el 21-13 del minuto 9. El Madrid, no obstante, consiguió dominar el primer tiempo con otro triple al límite y desde la lejanía, como el anterior de Norris, pero a cargo de Alex Mumbrú (41-38). El descanso le dio un respiro, aunque no varió el ánimo del cuadro insular.
El Gran Canaria enseñó los dientes sin medias tintas en cuanto el balón volvió a moverse y con un parcial de 2-9 volteó el marcador (43-47). Al Madrid, que le costaba encontrar resquicios en la defensa amarilla y que no había rentabilizado los rebotes de ataque por los fallos en las segundas opciones de tiro, no le quedó mas remedio que recurrir al asidero que más garantías le ofrece cuando las cosas le vienen mal dadas: el estadounidense Louis Bullock. El escolta posibilitó una buena serie ofensiva blanca en las postrimerías del tercer cuarto que devolvió el control de la situación al Madrid y frenó la marcha canaria (64-59).
Las pretensiones canarias seguían intactas a siete minutos para el final (66-66). Lo mejor de todo es que el miedo brillaba por su ausencia en los dos cincos. Rivalizaban por ganar con más baloncesto, más esfuerzo y más acierto. Por ser mejor que el adversario simplemente. El Madrid, después de todo, entró en los cuatro últimos minutos con la ventaja a su favor (73-69) pero a falta de 31 segundos el dueño del partido era el Gran Canaria (80-81) que sentenció su victoria gracias a los tiros libres sin que un triple postrero de Raúl López pudiera forzar la prórroga.
Novena de diez victorias para el Barcelona
El acierto en el tiro exterior del Winterthur Barcelona fue la clave en el noveno triunfo en los diez últimos partidos oficiales de los blaugranas, que se reafirman como el equipo en forma del momento ante un Caja San Fernando que luchó hasta la extenuación en vano. El entrenador gallego Moncho López afrontaba su segundo partido en el banquillo local después de haber ganado en su debut y sorprendió dejando fuera del quinteto inicial al pívot estadounidense Alexander aunque su sustituto, el georgiano Tskitishvili metió ocho puntos en el primer periodo.Las primeras diferencias del partido las marcó el Barcelona en el segundo cuarto merced a un impresionante porcentaje de triples. Los hombres de Dusko Ivanonic se fueron al descanso con ocho triples anotados de nueve intentos. El empeño de Moncho López por implementar defensas zonales cooperó en el acierto barcelonista, que estiró el marcador hasta el 35-50 (m.18), aunque los locales lo redujeron ligeramente antes del final del segundo periodo. El alero búlgaro Videnov mantuvo al Caja en el partido al inicio del tercer cuarto, ya que anotó once puntos consecutivos. Su buena aportación coincidió con los mejores minutos de Alexander y entre ambos acercaron a su equipo aunque dos nuevos triples de Navarro volvieron a poner la distancia por encima de los diez puntos.
Pero el festival de Videnov y Alexander continuó en el inicio del cuarto periodo. Un triple del búlgaro acercó al Caja hasta los tres puntos tras un parcial de 8-0 (74-77, m.34), lo que motivó que el entrenador catalán parase el partido con un tiempo muerto. Fue el momento en el que más cerca estuvieron los sevillanos de consumar la remontada, ya que, a partir de ahí, entre el esloveno Lakovic y Juan Carlos Navarro manejaron el ritmo del encuentro. En los últimos instantes, con el Caja cometiendo falta tras falta para tratar de parar el reloj, la diferencia volvió a aumentar hasta marcar un 85-95 final un tanto engañoso.