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Rubalcaba: "Yo jamás hubiera sacado a la gente a la calle para protestar por una decisión del Gobierno"

Esto es lo que dijo el ministro del Interior este martes en su comparecencia en el Congreso para intentar explicar la excarcelación de De Juana Chaos. Como no podía ser de otra manera, esta afirmación rotunda fue contestada desde los bancos del PP con el consabido "pásalo". Rubalcaba dedicó su larguísima comparecencia casi íntegramente a descalificar al PP y a intentar equiparar su política penitenciaria con la de los Gobiernos de Aznar. Sobre De Juana, se ha jactado de que "han neutralizado" su chantaje. El resto, una catarata de acusaciones contra los populares. En el segundo turno de intervención la estrategia ha sido desviar la mirada hacia el 11-M.

Esto es lo que dijo el ministro del Interior este martes en su comparecencia en el Congreso para intentar explicar la excarcelación de De Juana Chaos. Como no podía ser de otra manera, esta afirmación rotunda fue contestada desde los bancos del PP con el consabido "pásalo". Rubalcaba dedicó su larguísima comparecencia casi íntegramente a descalificar al PP y a intentar equiparar su política penitenciaria con la de los Gobiernos de Aznar. Sobre De Juana, se ha jactado de que "han neutralizado" su chantaje. El resto, una catarata de acusaciones contra los populares. En el segundo turno de intervención la estrategia ha sido desviar la mirada hacia el 11-M.
(Libertad Digital) El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha reducido su comparecencia en el Congreso a un discurso lleno de cifras para intentar equiparar su decisión de enviar a casa a De Juana a las excarcelaciones durante los gobiernos del PP. Rubalcaba no ha tenido reparos en proclamar que el PP "no hizo nada porque no quiso" en relación a las redenciones obtenidas por los etarras pese a que eran las que contemplaba el Código Penal del 73 y a que los propios socialistas se opusieron a su modificación. De fondo, la ausencia total de explicaciones sobre el auténtico objeto de su comparecencia: la razón última del Gobierno para sacar al etarra de prisión.
 
Los argumentos de Rubalcaba han girado en torno a las supuestas excarcelaciones similares a las de De Juana durante los gobiernos del PP, a los acercamientos de presos y a la comparación entre el "proceso de paz" de Zapatero y la tregua del 98. El ministro ya había advertido de que hablaría de la política penitenciara durante la democracia. Sin embargo, de los gobiernos de Felipe González sólo ha dicho una frase. El resto, ha estado dedicado a los gobiernos del PP.
 
El "paroxismo" del PP y la tímida referencia a González
 
El ministro ha comenzado su intervención citando una frase de Jaime Mayor Oreja como adelanto de lo que iba a seguir y para respaldar su afirmación de que la política penitenciaria "siempre ha sido un poderoso instrumento para luchar contra el terrorismo". "Los distintos gobiernos la hemos aplicado", ha dicho, "siempre guiados por nuestra voluntad de ver el fin del terrorismo" y siempre "con firmeza e inteligencia". "Nada más esclarecedor que pasar revista" a la de los sucesivos gobiernos, ha dicho Rubalcaba para, según él, "salir al paso de las muchas mentiras y manipulaciones" del PP que "ha llevado al paroxismo su ansia de revancha electoral".
 
"No me mueve ningún ánimo crítico", ha proclamado Rubalcaba, "no voy a hacer un ejercicio de 'y tú más'". Lo que pretende, ha aclarado antes de dedicarse a juzgar a los gobiernos del PP, es "la misma presunción de la que dispusieron todos los gobiernos de la democracia" y "el mismo comportamiento que nosotros tuvimos con ellos". Lo primero ha sido un breve repaso a lo que establecía el código del 73 y sus reformas en el 95 y en 2003. Después ha venido la única referencia a los Gobiernos de Felipe González: "Hasta el fracaso de Argel, en 1989, se seguía la pauta de la concentración" de presos, que "no dio frutos".
 
Nuevo argumento: "No se hizo nada"
 
El repaso de Rubalcaba, con algunas lagunas, ha continuado con el inicio de la política de dispersión y la decisión de los presos de acogerse a las redenciones estipuladas por ley. Aquí han llegado la siguiente tanda de descalificaciones de Rubalcaba, que no ha dudado en decir que sí se podía haber hecho algo para evitarlo, "cambiar la regulación".
 
"Mi gobierno la cambió en 2004" respecto a las redenciones extraordinarias, ha proclamado, las redenciones extraordinarias "no eran automáticas" y "no se hizo nada", ha dicho. La consecuencia, ha dicho Rubalcaba, el "caos consentido" con el que, según ha dicho, se encontraron en 2004 y ante el cual le "cuesta mucho callarse".
 
Rubalcaba ha continuado dando una avalancha de datos, atribuyendo días de redención y salidas anticipadas de prisión a la gestión de los ejecutivos de Aznar. "¿Llevarán flores a todos los lugares donde se cometieron esos asesinatos?. ¿Llevarán a las manifestaciones y las televisiones a las víctimas? ¿De verdad no se avergüenzan de lo que están haciendo?", se ha preguntado el ministro.
 
Evitar un "caldo de cultivo" para el "odio"
 
La última parte de la intervención la ha dedicado a lo que, en realidad, se supone que era el tema de la comparecencia: la decisión de enviar a Iñaki de Juana Chaos a casa. Pero ni en este punto ha dejado de lado las críticas al PP: a sus gobiernos les ha atribuido las reducciones de pena de las que disfrutó el etarra. "A esto Rajoy le quitó toda la importancia, como si De Juana fuera un preso más", ha dicho.
 
El ministro ha reiterado que la decisión, "acertada o desacertada", se ha tomado "de acuerdo con la ley" y se ha aplicado sobre "un preso cuya vida está en peligro". "Cualquier persona puede ver lo disparatado de la reacción iracunda del PP", ha dicho el ministro, que después ha manifestado que "la diferencia no está en la actuación del gobierno, que en esencia es igual a la de los gobiernos anteriores, sino en lo que hace la oposición". "No se puede tomar la decisión con las vísceras sino con la cabeza", ha dicho después, antes de proclamar que su "único criterio" ha sido "lo mejor para el Estado, la defensa de la democracia y la defensa de nuestros principios".
 
Según Rubalcaba, la decisión respondía a "tres exigencias básicas": "Cumplir la ley" manteniendo la "autoridad del Estado", porque la sentencia "no se ha interrumpido"; la obligación de "salvar vidas o evitar todas las muertes que se puedan evitar" e impedir que se forme un "caldo de cultivo para sembrar odio". "Quien busque cualquier relación con el proceso de paz roto por ETA se equivoca", ha advertido antes de calificar la decisión como la "más firme y más inteligente".
 
Finalmente, Rubalcaba ha admitido que el Gobierno ha cedido al chantaje "para evitar muertes, empezando por una muerte que se hubiera producido con toda certeza: la muerte del propio De Juana". Asimismo, destacó que cumple también con esta exigencia de "evitar males mayores, que se hubieran derivado sin duda" de la muerte de De Juana.
 
"Adicción a la mentira"
 
Después le ha llegado el turno de nuevo al PP, a cuyos miembros les ha acusado de ser "injustos con el gobierno y desleales con el Estado". "Están contribuyendo a sabiendas a que se deteriore la convivencia" ha dicho tras afirmar que han logrado "neutralizar" el chantaje del etarra porque la respuesta ha sido "ni libre, ni muerto". "Sigue cumpliendo su condena y sigue vivo, como es nuestra obligación", ha indicado el ministro, para quien también el Estado "está más fuerte" y lo "hubiera estado más" con otra actitud del PP.
 
"No se me ocurrió que un partido llevara tan lejos la demagogia, que mintiera tanto", ha afirmado el ministro, que después ha proclamado que "mintieron para no irse del poder y siguen mintiendo para poder recuperarlo". "Cuándo se darán cuenta de que es esa adicción a la mentira lo que no les hace dignos de confianza", ha concluido la esperada intervención del ministro. El reflejo de la multitudinaria manifestación del pasado sábado en Madrid estuvo muy presente en toda la sesión, pero cuando se hizo más patente fue cuando el ministro aseguró que, en la oposición, él "jamás hubiera sacado a la gente a la calle para protestar por una decisión del Gobierno".

Un sonoro "¡qué morro!" proveniente de las filas del PP recorrió la sala, acompañado de los típicos "pásalo" que siguen a Rubalcaba en casi todas sus intervenciones en la Cámara. "Ni pásalo, ni repásalo", estalló el ministro.  
 
Las películas del PP y las mentiras del 11-M
 
Tras el turno de palabra de los grupos parlamentarios, Rubalcaba ha vuelto a intervenir para responder, en teoría, a todos los portavoces, aunque nuevamente el PP ha centrado su discurso: esta vez más radical. Incluso ha llegado a elevar el tono de voz en varias ocasiones en sus reproches a los populares.
 
Los ciudadanos, ha apuntado el ministro, "tienen que saber que los que ahora critican con una brutalidad espectacular las salidas de la cárcel no hicieron nada por evitar algunas cosas, como la concesión de las rendiciones extraordinarias". De ahí no se ha movido su argumentación. Sí su discurso, que ha girado hacia el 11-M para atacar al PP. "Su película es Buscando desesperadamente a ETA. Ese es su problema", elevaba el tono para dirigirse a Zaplana. Y continuaba: "Su problema es que ustedes, el 11-M por la tarde, sabían que no estaban diciendo la verdad a los españoles. Y ahora tienen un problema".
 
Su comparecencia la ha resumido en una frase final: "He dicho la verdad, exactamente es lo que he hecho".


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