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El jefe se seguridad de Renfe dice que "una persona puede ir cambiando de tren y cogiendo el siguiente"

El último testigo en declarar fue Manuel Rodríguez Simons, director corporativo de protección civil y seguridad de Renfe, desde 2001, y que anteriormente fue comisario de información los servicios antiterroristas en Bilbao y en Madrid. La Fiscalía, después de que Jamal Zougam fuese identificado en tres trenes al mismo tiempo, ha preguntado al testigo por la secuencia horaria de los trenes y si sería posible que una misma persona se bajase en una estación y cogiese el siguiente el tren, a lo que respondió que sí. También explicó que sólo había cámaras de seguridad en Atocha, ya que en las otras estaciones eran de ayuda y apoyo a los maquinistas.  

(Libertad Digital) A preguntas de la fiscalía, Rodríguez Simons dijo que "no hubo ninguna llamada" de aviso de la colocación de explosivos ni a Renfe ni a la Policía.  A continuación explicó el recorrido y la hora de salida de los cuatro trenes que explotaron. Todos cubrían el mismo recorrido entre Alcalá de Henares y Atocha, aunque uno de ellos, el que explotó en la estación de El Pozo salió previamente de Guadalajara.
 
Los horarios según explicó el testigo fueron los siguientes: El tren que estalló en la estación de Atocha salió a las 07:00 de la mañana de Alcalá; el de la calle Téllez a las 07:05; el de la estación de El Pozo salió a las 06:50 de Guadalajara, llegó a las 07:08 a Alcalá y salió de esta estación a las 07:10. Por último, salió a las 07:15 de Alcalá. En respuesta a la Fiscalía Rodríguez Simons que, de acuerdo con esta secuencia, "una persona puede bajarse en la estación y coger el siguiente tren".
 
Respecto a las cámaras de seguridad, Rodríguez Simons dijo que existían  exclusivamente de Atocha, en el resto las cámaras de circuito cerrado de televisión servían de ayuda y apoyo, al maquinista para la apertura de puertas, entre otras cosas. Añadió que las cintas se las dieron a la policía, que se presentó en Atocha para recogerlas. También aclaró que el personal de su departamento tiene conocimiento de cuáles son las cámaras que graban y las que no, pero es prácticamente imposible que un ciudadano normal pueda saberlo.
 
El jefe de seguridad puso, además de manifiesto que a consecuencia de los atentados de 11 de septiembre en Nueva York la compañía aprobó una tasa de seguridad que proporcionó más fondos para gastos en vigilancia y sistemas. Indicó que en el momento en que se produjeron los atentados las cámaras de seguridad de las estaciones de cercanías no llevaban adosado un sistema de grabación, por lo que únicamente recogían lo que sucedía en el momento sin que quedara registrado.
 
A preguntas de la defensa expuso que Renfe ha sufrido más de 100 colocaciones de artefactos explosivos por parte de la banda terrorista ETA y "sólo en dos ocasiones ETA no avisó telefónicamente". En una de las colocaciones en que la banda no avisó el artefacto llevaba adosado un sistema de megafonía que alertaba de la explosión y en el otro la responsable de la colocación murió dos días después, y antes de que explosionase.
 
Rodríguez Simons relató además cómo se produjo la localización del artefacto colocado en las vías del AVE Madrid-Sevilla a la altura de la localidad toledana de Mocejón. Explicó que el 2 de abril de 2004 las fuerzas de seguridad encontraron una bolsa semienterrada en el balastro –zona de gravilla situada entre los raíles de las vías– a la altura de Mocejón (Toledo) en la línea Madrid-Sevilla en sentido Sevilla. "Me personé y comprobé que había una bolsa adosada a un cable de más de 100 metros, con dos empalmes y el final del cable pelado", dijo.
 
El responsable de seguridad indicó que la bolsa contenía explosivos y que probablemente la gran longitud del cable se debía a "medidas de seguridad" de los que colocaron el artefacto ya que la violenta explosión que generaría el mismo podría romper el carril. Además, informó de un intento previo de colocación de otra bomba, en esta ocasión el día 31 de marzo de 2004 a la altura del kilómetro 6 de la vía Madrid-Sevilla. A la 1:40 de la madrugada unos operarios de infraestructuras de Renfe avisaron de que habían detectado la presencia de cinco individuos en la vía. Estas personas huyeron al ser descubiertas y cuando los trabajadores llegaron al lugar donde les vieron maniobrando encontraron un agujero de unos 50 centímetros de diámetro por 50 de profundidad y la vía cortada. La policía fue informada de este hecho.

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