(Libertad Digital) Quienes le han salvado no han sido los burócratas de los derechos de los animales; sino el clamor de la sociedad. "Knut" un esponjoso oso polar iba a ser ejecutado por los ecologistas alemanes al considerar que se había convertido en un ser demasiado dependiente de los humanos. "Darle de comer con la mano no es apropiado para las especies (animales) y es una grave violación a las leyes de protección animal". Era la denuncia de Frank Albrecht un especialista en la defensa de los animales.
El director de Aachen zoo, Wolfram Ludwing, en declaraciones que recogió el diario británico The Times el martes, criticaba la decisión de los berlineses. "No es correcto alimentar a un pequeño oso polar con un biberón. En un futuro, será dependiente de su cuidador y no va a crecer como un propio oso polar." Y se reprochó no haberle sacrificado cuando su madre, Tosca -una ex empleada en el circo de la antigua República Democrática Alemana (RDA)- le rechazó. "Alguien debería haber tenido el coraje de matarle mucho antes".