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Zapatero presume de que la inane Declaración de Berlín tiene "huella española"

Los 27 jefes de Estado o Gobierno de la UE aprobaron este domingo la llamada Declaración de Berlín  del 50 aniversario de la Unión. En un texto muy breve se recogen  los valores y principios de la UE y se esbozan de una forma muy general los objetivos para el futuro. No cabe duda que se trata de una salida de compromiso, en plena crisis provocada por el rechazo a la mal llamada Constitución Europea, para la que los gobiernos siguen sin encontrar solución alguna. Ni siquiera se ha conseguido que esta declaración sea firmada por los 27 y, en su lugar, lo hicieron la Comisión, el Parlamento y la presidencia de turno. Y, mientras, Zapatero presume de que el texto tiene "huella española", con aportaciones tan novedosas, según el presidente, como la "resolución pacífica" de los conflictos.

Los 27 jefes de Estado o Gobierno de la UE aprobaron este domingo la llamada Declaración de Berlín  del 50 aniversario de la Unión. En un texto muy breve se recogen  los valores y principios de la UE y se esbozan de una forma muy general los objetivos para el futuro. No cabe duda que se trata de una salida de compromiso, en plena crisis provocada por el rechazo a la mal llamada Constitución Europea, para la que los gobiernos siguen sin encontrar solución alguna. Ni siquiera se ha conseguido que esta declaración sea firmada por los 27 y, en su lugar, lo hicieron la Comisión, el Parlamento y la presidencia de turno. Y, mientras, Zapatero presume de que el texto tiene "huella española", con aportaciones tan novedosas, según el presidente, como la "resolución pacífica" de los conflictos.
L D (Agencias) Si algo ha quedado claro de la cumbre de Berlín para conmemorar el 50 aniversario de la firma del Tratado de Roma es que la  llamada Declaración de Berlín no pasará a la historia.
 
El texto es fiel reflejo de la grave crisis que atraviesa la UE y no propone solución alguna, ante la resistencia de algunos países a admitir el estrepitoso fracaso de lo que algunos llamaron pomposamente Constitución Europea. La trascendencia política de la declaración es tan nula que el único compromiso que contiene es una vaguedad como "renovar los fundamentos comunes". Pese a no ser más que un texto de compromiso, ni siquiera así se ha conseguido que sea firmada por los 27 jefes de Estado o Gobierno de la UE, los que tienen el poder político real en la unión, y, en su lugar lo han hecho la presidencia de turno, la canciller germana, Angela Merkel, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Pöttering, en nombre de todos los presentes.
 
Por ello resultan especialmente sorprendentes las declaraciones de Zapatero, presumiendo de que el citado texto tiene "huella española". en una conversación con periodistas en la capital alemana, lleva una "huella" española, porque reafirma que se ha de apostar por la resolución pacífica de los conflictos.

Pero no sólo presumió Zapatero de esta declaración, también recordó como un mérito su "iniciativa de paz" en Oriente Medio, rechazada por Israel, y que no ha recabado prácticamente ningún apoyo. "El cambio ha sido absolutamente determinante y creo que hay una clara impronta de las posiciones políticas de España en el devenir de la UE", insistió Zapatero, quien destacó también la influencia española para que Europa cuente con una serie de iniciativas concretas ante el fenómeno de la inmigración.

Es más, se vanaglorió también de que España sea "un firme baluarte" del fracasado Tratado constitucional, origen de la grave crisis que vive la UE,  y subrayó que eso supone un cambio respecto a la actitud del Gobierno de José María Aznar, que dijo que era reticente "y se alineaba con el Reino Unido en eso y en otras cosas" (en referencia al apoyo a la guerra de Irak). Precisamente desde el Reino Unido sí se están impulsando iniciativas concretas para el futuro de la UE, como la impulsada por David Cameron, líder de los conservadores, encaminada a salvaguardar el papel de las naciones frente a la enorme e ineficaz burocracia de Bruselas y a apuntalar la UE como un espacio de libertad económica y no del exceso de regulaciones que recoge el llamado Tratado Constitucional.
 
Merkel espera encontrar una solución antes de 2009
 
Al término de un acto solemne en el Museo Histórico Alemán de Berlín, la canciller germana, Angela Merkel, citó la declaración al insistir en que a los socios de la Unión les une la meta de renovar los fundamentos comunes de la UE antes de los comicios europeos de 2009 y subrayó su compromiso de que la ruta para ese objetivo se defina antes del fin de la presidencia de turno alemana.

Al compromiso de renovar los cimientos de la UE en un plazo de dos años se refirieron también en sus intervenciones Barroso y Pottering, así como el primer ministro italiano, Romano Prodi, el único jefe de gobierno que intervino por ser su país el lugar en el que oficialmente nació lo que hoy es la Unión.

A lo largo de un discurso muy personal y no falto de notas de humor, Merkel afirmó que "la Unión Europea necesita más y más claras competencias que ahora: para la política energética, Exterior Interior y de Justicia. Debe definir claramente cuales son las competencias de los Estados miembros y cuales las de la comunidad".

"Debe concentrarse en lo esencial y siempre que sea posible salvaguardar las características nacionales de los países miembros. Debe asegurarse de que sus instituciones funcionen de manera eficiente, democrática y verificable también con 27 y más Estados miembros. Hay demasiado en juego", agregó.

Reconoció que "quien esperaba que a los 50 años del Tratado de Roma contásemos con una constitución se verá decepcionado. Pero también es cierto: quien espera que Europa es consciente de que necesita reforzar su constitución interna, a esos les indicará el camino nuestra Declaración de Berlín. Porque sabemos que debemos seguir adaptando la estructura política de europa a los tiempos".

Angela Merkel subrayó su "empeño en que hasta el fin de la presidencia de turno alemana se redacte un plan de ruta con ese objetivo y cuento para ello con su apoyo. Estoy convencida: no solo es de interés para Europa, sino para cada país miembro y nosotros sus ciudadanos que tenga éxito".

"Un fracaso sería una negligencia histórica. Lo que decidamos tendrá efectos a largo plazo, para bien y para mal", dijo la canciller germana, quien comentó también que continuará apostando por su estrecha y amistosa relación transatlántica y una Alianza Atlántica fuerte.

Sin embargo subrayó que "igualmente necesitamos una amplia y estratégica sociedad con Rusia. La sociedad estratégica con Rusia y la alianza transatlántica no son contradictorias, sino necesaria complementación".

Además de recordar su pasado como ciudadana de la extinta República Democrática Alemana (RDA), donde vivió personalmente la división alemana y continental, lo que le hace valorar aún más el significado de la UE, Merkel destacó que la tolerancia es el valor común de los europeos. "Hemos necesitado siglos para aprenderlo. En el camino hacia la tolerancia tuvimos que padecer catástrofes. Nos perseguimos y masacramos unos a otros. Destruimos nuestra patria. Amenazamos lo que nos es sagrado. La peor época de odio y destrucción no se encuentra más que a la distancia de la vida de un hombre", dijo.

Finalmente comentó que "tras todas las guerras y un sufrimiento interminable ha surgido algo grandioso. Nosotros los ciudadanos de Europa nos encontramos afortunadamente unidos. Europa en nuestro futuro común. Este era un sueño de generaciones. Nuestra historia nos advierte de que debemos proteger esta fortuna para futuras generaciones".

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