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El policía responsable de desmantelar la red de extorsión de ETA cuestionó la operación porque perjudicaba "el proceso"

Un informe policial aportado a la Audiencia Nacional revela que el inspector jefe Carlos G.H., mando responsable de la operación contra el entramado financiero de ETA y responsable de investigar el chivatazo policial que recibió la banda terrorista, se había mostrado en contra de la operación al considerar que podía perjudicar el "proceso de paz". Según ha publicado El Mundo este lunes, estos datos fueron aportados al juez instructor en ese momento, Grande Marlaska, que los hizo llegar al juez Baltasar Garzón cuando éste retomó el caso. Su decisión fue mantener a este mando al frente de las investigaciones. De este caso Marlaska tuvo que apartar al comisario general de Información, Telesforo Rubio, cuando supo que tardó seis días en informarle del soplo a ETA.

Un informe policial aportado a la Audiencia Nacional revela que el inspector jefe Carlos G.H., mando responsable de la operación contra el entramado financiero de ETA y responsable de investigar el chivatazo policial que recibió la banda terrorista, se había mostrado en contra de la operación al considerar que podía perjudicar el "proceso de paz". Según ha publicado El Mundo este lunes, estos datos fueron aportados al juez instructor en ese momento, Grande Marlaska, que los hizo llegar al juez Baltasar Garzón cuando éste retomó el caso. Su decisión fue mantener a este mando al frente de las investigaciones. De este caso Marlaska tuvo que apartar al comisario general de Información, Telesforo Rubio, cuando supo que tardó seis días en informarle del soplo a ETA.
(Libertad Digital) Según informaron a este periódico fuentes cercanas a la investigación, estos datos fueron aportados por el que fuera comisario de la Unidad Central de Inteligencia (UCI) de la Comisaría General de Información en aquellas fechas a requerimiento del entonces instructor de ese sumario, Grande Marlaska. Este comisario envió al menos tres informes a este magistrado y otros dos a Baltasar Garzón cuando éste retornó a su juzgado tras su estancia en Estados Unidos.
 
Este mando envió sus informes en el marco de las investigaciones abiertas por Grande Marlaska en torno al chivatazo policial que recibió ETA sobre la operación que se gestaba contra su aparato financiero. El responsable de la UCI, según ha revelado El Mundo, se refería así a los comentarios que durante las reuniones preparatorias para desmantelar la trama de extorsión de ETA realizó el inspector jefe Carlos G. H., entonces jefe de la sección de Economía de la Unidad Central de Inteligencia.
 
Según este periódico, "los informes elaborados por el comisario en los que se refleja la actitud del inspector jefe se encuentran en manos del juez Garzón, quien mantiene secretas tanto el sumario sobre la trama del cobro del llamado impuesto revolucionario, como la pieza segregada de este sumario en la que se presume que se investiga el autor o autores del chivatazo policial a ETA".
 
"Pese a este chivatazo y contra viento y marea, el juez Grande Marlaska logró desmantelar ese entramado etarra que se dedicaba al cobro del impuesto revolucionario a empresarios del País Vasco. Y durante sus pesquisas tuvo conocimiento de que se había producido la delación a Elosua. Grande Marlaska abrió una pieza separada sobre este caso y recabó informes policiales. Encargó las pesquisas tanto a la Policía Nacional como a la Guardia Civil. Fue en esta fase y para esa pieza separada y secreta para la que el comisario de la UCI envió los informes sobre los postulados del responsable de la investigación", prosigue el diario.
 
Posteriormente, según ha publicado El Mundo, tras regresar de Nueva York, el sumario y la pieza separada y secreta quedaron en manos del juez Baltasar Garzón. Fue este juez, al hacerse cargo de nuevo de su juzgado, el que decidió mantener al inspector jefe Carlos G. H. al frente de las de investigaciones sobre el chivatazo. Garzón, al mismo tiempo, prescindió de la Guardia Civil.
 
"En un informe elaborado por la Guardia Civil se destapó la existencia de una llamada caliente realizada desde la sede del PSOE. Garzón –según El Mundo – se apresuró a elaborar un auto exculpatorio del que fuera responsable de seguridad del PSOE y de un comisario que, pese a estar destinado ya en unidades especiales de Madrid, se encontraba en San Sebastián participando en el despliegue sobre el entramado etarra. Garzón dejó a Elosua en libertad por su delicada salud".

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