LD (EFE) El Ejército paquistaní ha tomado el control de la localidad de Parachanar, en el noroeste de Pakistán, en medio de la tensión entre musulmanes suníes y chiíes tras los enfrentamientos que han dejado unos cuarenta muertos en dos días.
Los choques entre ambas comunidades se desencadenaron el viernes, cuando un grupo de hombres abrió fuego durante una concentración de un grupo de chiíes en las cercanías de su mezquita en Parachanar, la capital de la remota zona tribal de Kurram y muy cerca de la frontera afgana.
La tensión en esa localidad se gestaba desde una semana antes, a raíz de la detención, a instancias de los líderes chiíes, de una veintena de suníes tras una manifestación en la que lanzaron consignas en contra de la secta rival. La refriega del viernes desató una oleada de enfrentamientos que en menos de 48 horas acabaron con la vida de unas de cuarenta personas y causaron heridas a más de setenta, según el secretario de seguridad de las Zonas Tribales, Arbab Mohammad Arif.
Ante esos enfrentamientos, tropas del Ejército y fuerzas paramilitares se desplazaron el sábado a Parachanar y tomaron control de la ciudad, donde declararon el toque de queda con la orden de disparar contra cualquiera que lo viole. También se encuentran en la zona varios helicópteros tipo "Cobra" para vigilar a los combatientes en los alrededores de la localidad y evitar que entren en esa localidad. Algunos residentes denunciaron que algunas de las víctimas murieron a causa de los disparos efectuados desde esis aparatos, lo que negó el secretario de seguridad.