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CREE QUE NO SE RESPETA LA LIBERTAD RELIGIOSA

El cardenal Herranz alerta del "fundamentalismo ateo" que "humilla la manera de pensar de la mayor parte de los españoles"

El cardenal Julián Herranz, que acaba de publicar el libro "En las afueras de Jericó", ha concedido una entrevista a Europa Press en la que denuncia que el laicismo que se proclama hoy en España es en realidad "un fundamentalismo ateo". En el libro, el cardenal habla de su experiencia de 50 años en Roma en la Curia y junto al fundador del Opus Dei. Herranz lamenta que no se respete la libertad religiosa y que el "ateismo militante" "humilla la manera de pensar de la mayor parte de los españoles".

El cardenal Julián Herranz, que acaba de publicar el libro "En las afueras de Jericó", ha concedido una entrevista a Europa Press en la que denuncia que el laicismo que se proclama hoy en España es en realidad "un fundamentalismo ateo". En el libro, el cardenal habla de su experiencia de 50 años en Roma en la Curia y junto al fundador del Opus Dei. Herranz lamenta que no se respete la libertad religiosa y que el "ateismo militante" "humilla la manera de pensar de la mayor parte de los españoles".
L D (Europa Press) En la entrevista, el purpurado habló sobre la importancia de la familia, la legalización en España del matrimonio homosexual o la "imposición de normas de propaganda ideológica y de educación escolar de contenido antirreligioso, anticristiano", refiriéndose a la nueva asignatura que entrará en vigor el próximo curso escolar, Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos.

El cardenal Herranz explicó que "hace tiempo" que comparte la seria preocupación de los obispos españoles y de millones de ciudadanos cristianos de España ante "que el concepto democrático de 'laicidad del Estado' o de 'Estado aconfesional' -que es un concepto justo- sea interpretado y aplicado en forma no correcta, concretamente en el sentido fundamentalista o totalitario de 'ateismo militante'", como, según detalló sucedió con el nazismo y sucede aún con el comunismo. Por ello, recalcó que "se comienza con una actitud de desprecio "agnóstico" ("progresista", se dice) de la religión, considerada como fruto o causa de escaso desarrollo social y cultural" y "se continúa permitiendo o incluso fomentando todo lo que pueda desarraigar la fe en el pueblo o desprestigiar a la autoridad religiosa" para terminar "con la imposición de normas de propaganda ideológica y de educación escolar de contenido antirreligioso, anticristiano".

"Es una exigencia de justicia que no se cumpliría si un gobierno de derecha o de izquierda inspira su actuación en ese fundamentalismo laicista o ateismo militante, desconociendo y humillando la manera de pensar de la mayor parte de los españoles. No se trata de conceder privilegios, sino de respetar la libertas religiosa y los derechos de los ciudadanos", aseveró.  

"Me duele que en España, como ha sucedido en Holanda y Bélgica, se esté difundiendo por la presión económica y de opinión pública de determinados 'lobbys', una ideología filosófica y política que no es de sano 'liberalismo' sino de individualismo 'libertario', de matriz agnóstica y libertina. Con un falso concepto de libertad separado de la verdad (la verdad sobre la dignidad de la persona y la vida humana, sobre el concepto de matrimonio y de familia, etc.) ese individualismo libertario no reconoce algún limite ético objetivo a las opiniones y deseos personales o de grupo", añadió.

Así, concluyó que se podrían dar "aberraciones legislativas, antropológicas y morales" con una filosofía jurídica que siguiese esa línea y ejemplificó con el reconocimiento jurídico en Holanda de un partido de pederastas o a favor de la pederastia.

"Esa ideología, que confunde a lectores y electores llamándose 'laica' cuando en realidad es 'anárquica', 'libertaria', es con respecto a los demás intolerante, no admite la existencia de valores objetivos y universales moral y jurídicamente vinculantes. Esto es lo que puedo decirle como médico y como jurista", recalcó.

Convivencia con dos santos

En su libro, el cardenal Herranz –que  después de que el Papa haya aceptado su renuncia, aseguró que "un sacerdote nunca se jubila"— relata sus experiencias, sus contactos y su trabajo que, desde el Concilio Vaticano II, ha desarrollado en Roma, especialmente en el ámbito del Derecho de la Iglesia, hasta encontrar más cercanos a algunos de los protagonistas de la Iglesia Católica en Roma y en España.

El cardenal cordobés explica que decidió escribir esta obra por "un deber de justicia" consistente en "la necesidad sentida de testimoniar personalmente la gratitud" hacia dos santos con los que convivió: San José María Escrivá y Juan Pablo II, además del consejo del editor italiano que le pidió que no se limitase a lo que había escrito sobre esas dos grandes figuras, sino que relatara las experiencias de 45 años de trabajo en la Santa Sede, viviendo momentos del Concilio Vaticano II y de la historia de la Iglesia particularmente significativos: también junto a Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y con el cardenal  Ratzinger, ahora Benedicto XVI. Así se alargó la temática y también los tiempos. "Es un libro -lo confieso- que me ha costado mucho trabajo", dijo.

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