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BIOGRAFÍA: De la esperanza a la decepción

La biografía política de Boris Yeltsin, que murió este lunes a los 76 años de edad, está marcada por las luces y las sombras. Lideró las reformas democráticas que precipitaron la caída de la URSS y fue el primer presidente ruso elegido democráticamente. Su imagen llamando a la desobedencia civil y la resistencia democrática subido en unos de los tanques que el ejército soviético sacó a las calles en el golpe de Estado comunista de 1991, es ya un icono del hundimiento del régimen soviético. Sin embargo, pese a este impulso reformista inicial nunca pudo desligarse del autoritarismo y la corrupción. En 1999, tras unos últimos años marcados por sus problemas de salud, dejó el poder y promocionó como su sucesor al actual presidente Vladimir Putin. 

La biografía política de Boris Yeltsin, que murió este lunes a los 76 años de edad, está marcada por las luces y las sombras. Lideró las reformas democráticas que precipitaron la caída de la URSS y fue el primer presidente ruso elegido democráticamente. Su imagen llamando a la desobedencia civil y la resistencia democrática subido en unos de los tanques que el ejército soviético sacó a las calles en el golpe de Estado comunista de 1991, es ya un icono del hundimiento del régimen soviético. Sin embargo, pese a este impulso reformista inicial nunca pudo desligarse del autoritarismo y la corrupción. En 1999, tras unos últimos años marcados por sus problemas de salud, dejó el poder y promocionó como su sucesor al actual presidente Vladimir Putin. 
L D (Agencias) La nunca finalizada transición a la democracia rusa tuvo en Boris Yeltsin a su principal protagonista. Desde finales de los años 80 lideró a los "reformistas radicales" que desde dentro del PCUS propiciaron las primeras reformas dentro de la Unión Soviética. Fue el primer presidente de la República Rusa, la más importante de la URSS, legitimado por las urnas. En 1990 rompió definitivamente con el régimen comunista y se convirtió en el principal opositor a Gorbachov. Su liderazgo de la resistencia al golpe de Estado fallido con el que los comunistas intentaron en 1991 frenar el ya iniciado proceso de descomposición de la dictadura le catapultó definitivamente como líder de lo que se suponía iba a ser la nueva Rusia democrática.
 
Borís Nikoláyevich Yeltsin murió este lunes a los 76 años de un fallo cardiaco. Fue el primer presidente de Rusia (1991-1999), que tras la desintegración de la Unión Soviética y la caída del comunismo impulsó las reformas democráticas. Nació el 1 de febrero de 1931 en el poblado de Butka, cerca de Sverdlovsk (Rusia), actualmente Yekaterimburgo, donde fueron fusilados el Zar Nicolás II y su familia en 1918.

Hijo y nieto de campesinos expropiados por el comunismo (kulak), hubo de trasladarse a un suburbio de la industrial Sverdlovsk, donde su padre fue obrero de la construcción, sector en el que el joven Yeltsin también trabajó durante algún tiempo como operario. Posteriormente estudió en el Instituto Politécnico de la Construcción y conoció a su futura esposa, Naína, también licenciada en Ingeniería.

En 1961 se afilió al Partido Comunista de la URSS (PCUS) y hasta finales de los años sesenta trabajó en el ramo de la construcción de Sverdlovsk y, entre 1968 y 1975, integró el Comité del Partido Comunista de la ciudad. En 1981 es elegido miembro del Comité Central del PCUS y 1985 se convirtió en miembro suplente del Politburó y desde ahí tuvo un rápido ascenso en la jerarquía soviética. Fue responsable de la Industria de la Construcción y luego sucedió a Viktor Grichin al frente del partido en Moscú.

A partir de ahí se hizo muy popular por sus críticas de la corrupción y los privilegios de la "nomenklatura" comunista y soviética. El 26 de marzo de 1989 fue elegido diputado en las primeras elecciones pluralistas soviéticas. Entre 1990 y 1991, su figura política fue en ascenso. El 29 de mayo de 1990 alcanzó la Presidencia parlamentaria y en julio fue elegido presidente del Parlamento de Rusia. El 12 de junio de 1991 se convirtió en el primer presidente de Rusia elegido por sufragio universal y con el 60 por ciento de los votos.
 
El golpe de 1991
 
Este ascenso de Yeltsin ya no tuvo marcha atrás después de la fallida asonada golpista de agosto de 1991. El gobierno soviético, el ejército y el KGB, con el apoyo de la cúpula del PCUS,  anunciaron la declaración del Estado de emergencia ante la "incapacidad" de Gorbachov por una supuesta enfermedad, que no era más que una invención. El objetivo era recuperar la ortodoxia comunista de la terrible dictadura soviética, y frenar las reformas democráticas. El vicepresidente Yanayev asumía los poderes y se autoproclamaba presidente, para "evitar el caos y la anarquía".
 

 
Fue entonces cuando la figura de Yeltsin cobró mayor dimensión, al liderar la resistencia ante el último y desesperado intento de un régimen que sabía que estaba abocado a una muerte segura. Yeltsin denunció que la maniobra del poder soviético era ilegal, que se trataba de un golpe de Estado y exigió ver a Gorbachov para comprobar su estado de salud. El ex presidente ruso se atrincheró junto con sus colaboradores en el Parlamento ruso. En la mañana del 19 de agosto protagonizó una imagen que ya forma parte de la historia. Se subió a uno de los tanques que enviaron los golpistas contra él, y ante una multitud llamó a la desobediencia civil, o lo que es lo mismo a las resistencia de los ciudadanos rusos frente al golpe comunista. Esta intervención de Yeltsin precipitó el fracaso del golpe y marcó el fin de la Era Gorbachov, ante quien Yeltsin rubricó la disolución del Partido Comunista y la formación del nuevo Gabinete el 23 y el 24 de agosto, respectivamente.
 
El 25 de diciembre de 1991 dejó oficialmente el poder Mijail Gorbachov y la URSS fue transformada en Comunidad de Estados Independientes (CEI), con Rusia como potencia principal. En 1992 lanzó su programa de reformas, que comenzó por liberalizar los precios y privatizar la hasta entonces total propiedad del Estado.

Estos procesos se acompañan con la creciente oposición del Parlamento, que en 1993 desemboca en un conflicto abierto. El 21 de septiembre de 1993 Yeltsin decreta la disolución del Parlamento, que los diputados se niegan a acatar y promueven la destitución legal del presidente por violar la Constitución. El 4 de octubre Yeltsin lanza los tanques al asalto del Parlamento y varios edificios oficiales en un enfrentamiento que causa cientos de muertos, (sólo 150 según las autoridades).

Sofocada la revuelta, Yeltsin salió reforzado de los comicios legislativos y el referéndum constitucional del 12 de diciembre de 1993. Días después, el 21, sustituyó el legendario servicio de espionaje soviético KGB por el Servicio Federal de Contraespionaje de Rusia. Otra grave preocupación son las crecientes tendencias centrífugas en las repúblicas de la Federación de Rusia, que alcanzan su punto máximo en Chechenia. El 11 de diciembre de 1994 comienza la primera guerra de Chechenia, de la que la Rusia de Yeltsin sale derrotada en agosto de 1996.

No obstante, ese mismo año fue reelegido presidente con el 53,8 por ciento de los votos y dos años después tuvo que hacerle frente a una grave crisis económica. La moneda oficial, el rublo, fue devaluado al máximo nivel y el desastre económico repercutió en la política nacional con un "baile" de primeros ministros en el que irrumpió su futuro sucesor, el hoy presidente Vladimir Putin.
 
Autoritarismo y corrupción
 
Durante sus años de presidente, Yeltsin abordó la liberalización de la centralizada economía soviética. El proceso estuvo presidido por las practicas irregulares en la capitalización por acciones de las empresas públicas, presididas por los favoritismos. Se favoreció la creación de oligopolios y la concentración del poder económico en muy pocas manos, siempre cercanas a los nuevos círculos de poder. La inseguridad jurídica imposibilitó, y lo sigue haciendo en estos días, el despegue económico de Rusia.  Aun hoy no se puede hablar de la llegada del capitalismo a Rusia.
 
Carente de una ideología definida, Yeltsin terminó por reproducir muchas de las características del comunismo en el ejercicio del poder. Empezando por un enorme autoritarismo marcado por una concepción vertical del poder, que se tradujo en una tendencia a nombrar y defenestrar altos cargos en función exclusivamente de su lealtad y obediencia, así como recurrir a camarillas totalmente ajenas al sistema democrático para la toma de decisiones. El resultado es una transición incompleta y un sistema político que no alcanza los mínimos democráticos. Esta cara negativa de la gestión Yeltsin se ha acentuado aun mas con su sucesor Putin.  

Durante esos años, sus problemas de salud fueron también una constante alarma. Sus afecciones cardiacas le obligaron a pasar por el quirófano en noviembre de 1996, cuando se le hicieron cinco puentes coronarios. Luego sufrió una grave úlcera sangrante en 1999, así como dos complicadas neumonías en 1998 y 1999. Finalmente, su fracaso en Chechenia, el estrepitoso escándalo de corrupción durante su presidencia ("Kremlingate") y su debilitada salud le obligaron a dimitir en 1999. Un desconocido Putin tomó el testigo del gobierno nacional.

Desde su retirada ha llevado una vida relajada de la política en su residencia de Barvija, a las fueras de Moscú. Boris Yeltsin, autor del libro de memorias "Maratón presidencial" (2000), estaba casado con Naína Iosifovna y tenía dos hijas, Elena y Tatiana.

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