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Bensmail, vestido de talibán, niega haberse comido el papel donde tenía anotados nombres de etarras

Abdelkrim Bensmail, el llamado lugarteniente de Allekema Lamari –uno de los muertos de Leganés y considerado uno de los autores materiales de la masacre– compareció ante el tribunal en calidad de testigo. El preso islamista a quien se le encontró en su celda de la cárcel de Villabona la fórmula de la cloratita, explosivo habitualmente utilizado por ETA, así como los nombres y direcciones de los etarras Jorge García Sertucha, Fernando Iracula Albizu, Harriet Iragui y Henri Parot, negó que esas notas fueran suyas y que nadie le requisase nada. El original de esos documentos ha desaparecido. Según el director de la prisión asturiana, Bensmail se lo comió después de que le fuera devuelto. Gómez Bermúdez le preguntó por ello. El preso islamista, que iba ataviado con el traje típico afgano, contestó: "¿Cómo me la voy a comer?"  

Abdelkrim Bensmail, el llamado lugarteniente de Allekema Lamari –uno de los muertos de Leganés y considerado uno de los autores materiales de la masacre– compareció ante el tribunal en calidad de testigo. El preso islamista a quien se le encontró en su celda de la cárcel de Villabona la fórmula de la cloratita, explosivo habitualmente utilizado por ETA, así como los nombres y direcciones de los etarras Jorge García Sertucha, Fernando Iracula Albizu, Harriet Iragui y Henri Parot, negó que esas notas fueran suyas y que nadie le requisase nada. El original de esos documentos ha desaparecido. Según el director de la prisión asturiana, Bensmail se lo comió después de que le fuera devuelto. Gómez Bermúdez le preguntó por ello. El preso islamista, que iba ataviado con el traje típico afgano, contestó: "¿Cómo me la voy a comer?"  
(Libertad Digital) El último testimonio de la tarde fue el del preso islamista Abdelkrim Bensmail. Nada más hacer su entrada en la sala, las cámaras enfocaron a la pecera, donde los procesados se reían a carcajadas. El motivo era la indumentaria con la que se presentó el testigo ante el tribunal. Emulando a Ben Laden, iba vestido a la forma tradicional integrista musulmana, luciendo el bonete afgano (pakul) y barba larga.
 
Su declaración fue en castellano, pero aún así al letrado que representa a la Asociación de Víctimas del Terrorismo le costó trabajo que contestara exactamente lo que él le preguntaba. "¿Puede darnos alguna razón por la que encontraron unas anotaciones con las direcciones de estas personas?". Bensmail contestó: "No son mías". El abogado volvió a insistir: "¿Qué explicación tiene para que se le hayan atribuido a usted?". Y una vez más el preso islamista, detenido en 1997 junto con el resto del Grupo Islámico Argelino (GIA), se aferró a su escueta contestación. "No son mías. A mí no me cogieron nada". 

Dichas notas son las encontradas en su celda de la cárcel de Villabona, halladas tras un registro practicado por la Policía en octubre de 2004, en las que estaba escrita la fórmula de la cloratita, explosivo habitualmente utilizado por ETA. Detallaba las proporciones en las que se mezclan los componentes para fabricarlo. Proporciones que coincidían exactamente con las del explosivo que se había incautado a distintos grupos de ETA. Además, en esa misma nota, también constaba la inscripción "tiendas de agrícola", al igual que apareció en diversa documentación incautada a la banda terrorista para indicar a los etarras dónde adquirir los componentes para fabricar la cloratita, según desveló El Mundo. Durante el juicio negó conocer dicho explosivo. "Nunca he oído hablar de ella".


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En esos papeles del argelino Bensmail, llamado lugarteniente de Allekema Lamari –uno de los muertos de Leganés y considerado uno de los autores materiales del 11-M– , aparecían asimismo cuatro nombres y direcciones de miembros de ETA que, en ese momento, también se encontraban en prisión: Jorge García Sertucha, Fernando Iracula Albizu, Harriet Iragui y el también argelino de origen, Henri Parot. Sobre Parot, Bensmail le mencionaba por su alias etarra "Unai". El etarra, que compareció este lunes, dijo que no conocía a Bensmail y negó la existencia de vínculos entre ETA y los atentados del 11-M.  
 
Originales desaparecidos
 
Bensmail negó tener ningún tipo de relación con alguno de estos terroristas. Aunque no le preguntaron expresamente por ello, Bensmail tenía también dos nombres con sus respectivos teléfonos. El de Mercedes Ruiz Prieto y el de Rosa Blanca Piquer, que según la UCI han mantenido relaciones con etarras. Tampoco le preguntaron por una conversación, revelada por El Mundo, entre un dirigente de Jarrai, Juan Luis Camarero, preso también en la cárcel de Villabona, y un amigo suyo en el que se refería a Bensmail como un tío "superserio", con el que se lleva "superbien". "Todo lo que sea guerra de puta madre", le decía Camarero.
 
Sin embargo, curiosamente, los originales de esas notas han desaparecido. Sólo están las fotocopias que realizó la Policía. La razón que dio el director de la prisión asturiana es que el recluso se las había comido. Este martes, y una vez más fue Gómez Bermúdez el que se interesó por esta cuestión. Pero Abdelkrim Bensmail lo negó preguntando . "¿Cómo me la voy a comer?". El preso islamista fue procesado en la Operación Nova, por ello, el presidente del tribunal no pudo seguir insistiendo sobre ello. "Bien, me informan, y eso cierto, de que usted está procesado por eso".
 
Sí le preguntaron por su relación con Fernando Huarte, militante socialista y colaborador del CNI. Y es que en una conversación grabada en la cárcel, entre ambos, en octubre de 2004 Bensmail le dijo que "apoya y justifica las reivindicaciones de ETA". Este martes señaló que el miembro del PSOE le ayudó en una ocasión a conseguir un permiso penitenciario para acudir al dentista y contribuyó a pagar parte de los gastos de la factura. También reconoció que conocía a Allekema Lamari y dijo que éste le estuvo enviando dinero a prisión, a través de giros de "unos 100 euros", aunque no supo precisar cuántos giros recibió ni las fechas en las que le fueron enviados.
 
Una empleada de Interdist dice que apuntaban en un cuaderno los datos de los móviles
 
También declaró esta tarde una trabajadora de la empresa Interdist Móvil. Se encargaba de vender móviles, de activarlos, etc. No le sonaban ni la empresa Entreprise, ni el locutorio Nuevo Siglo, ni el Bazar Top. Lo que sí aseguró insistentemente es que tenían un cuaderno donde "apuntábamos el teléfono y el número. Era un cuaderno general (para todos los empleados)". Y a no ser que "hubiera mucho trabajo", esos datos los apuntaban "en el momento", si no "a lo largo del día". Le preguntaron si aparecían páginas en blanco en dicho cuaderno. Bárbara Bonilla contestó que creía que no. Tampoco se acuerda si fueron exhibidos a la Policía, así como la fecha en que los agentes se personaron. "No recuerdo el día. Sé que se presentaron dos agentes, creo que eran agentes", contestó.
 
El jefe de uno de los muertos de Leganés, Rachid Oulad Akcha, también declaró ante el tribunal. Este último dijo que el único cambio que notó en su empleado fue que en el mes de febrero de 2004 "se cortó la barba" y que sabía por otras personas que era "radical".

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