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Bayrou elude pedir el voto para Sarkozy o Royal porque dice que los dos candidatos "presentan inconvenientes"

El apoyo de los votantes de François Bayrou, el tercer candidato más votado en la primera vuelta de las presidenciales francesas, centra la disputa entre Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal de cara a lograr la victoria en la segunda ronda. Por eso su comparecencia de este miércoles era tan esperada. Sin embargo, el líder centrista ha rechazado dar indicación concreta a sus votantes. Dice que los dos candidatos "presentan inconvenientes" y que su decisión "no tiene vuelta atrás" porque no practica el "mercadeo político. Ha pesado más la animadversión general de la clase política francesa al proyecto de cambio que encarna Sarkozy que la teórica mayor cercanía ideológica a este candidato.

El apoyo de los votantes de François Bayrou, el tercer candidato más votado en la primera vuelta de las presidenciales francesas, centra la disputa entre Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal de cara a lograr la victoria en la segunda ronda. Por eso su comparecencia de este miércoles era tan esperada. Sin embargo, el líder centrista ha rechazado dar indicación concreta a sus votantes. Dice que los dos candidatos "presentan inconvenientes" y que su decisión "no tiene vuelta atrás" porque no practica el "mercadeo político. Ha pesado más la animadversión general de la clase política francesa al proyecto de cambio que encarna Sarkozy que la teórica mayor cercanía ideológica a este candidato.
L D (Agencias) François Bayrou rechazó este miércoles dar indicación concreta a sus votantes con vistas a la segunda vuelta de las presidenciales y criticó por igual a los dos aspirantes, el liberal-conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal.

En rueda de prensa para evaluar los resultados de la primera ronda, el domingo pasado, Bayrou dijo que "no habrá vuelta atrás" en su decisión de no dar consignas y añadió que los casi siete millones de votantes que tuvo hace tres días son conscientes de la situación de "crisis" que vive Francia y tendrán libertad para el sufragio el 6 de mayo. De Sarkozy dijo que tiene "connivencias" con poderes económicos y periodísticos y agravará "la separación entre los franceses", mientras que de Royal criticó que proponga al Estado como "único factor" para resolver los problemas.

Sobre su propia actitud para el 6 de mayo, aseguró que "en este momento todavía no sé lo que haré", porque las dos opciones en liza "presentan inconvenientes". Segú él, en línea con la animadversión mostrada por toda la clase política francesa hacia el único candidato que propone un verdadero cambio de rumbo, Sarkozy "tiene gusto por la intimidación y puede concentrar el poder como nadie antes", aparte de que ve un riesgo "en su manera de ejercer el poder", que incluye "el control de la prensa".

Sobre Royal dijo que es más "atenta" a cuestiones como la mejora de la democracia y la reconstrucción del tejido social, pero que su programa electoral es negativo porque va contra el "equilibrio" necesario a nivel político, económico y social.

El político centrista admitió que ha recibido varias llamadas tanto del candidato conservador como de la socialista, pero que se ha negado a responderlas. "No practico el mercadeo" político, afirmó Bayrou, antes de añadir que podría cambiar de idea sobre su voto después de ver el debate televisivo que el 2 de mayo mantendrán ambos candidatos y en función de lo que propongan a los franceses.

No obstante, dejó claro que "no aceptará sumisión" a uno de los grandes partidos, que "no van a reparar la situación y se corre el riesgo de agravarla" y apuntó que es "absolutamente imposible" que pudiera aceptar un puesto en el próximo Gobierno. Bayrou anunció la creación de una nueva formación de centro que se presentará a las elecciones legislativas de junio y añadió que una de las conclusiones de la primera vuelta de las presidenciales es que en Francia "ya hay tres fuerzas, no sólo dos", lo que constituye "una inmensa esperanza". Esa formación podría llamarse Partido Democrático, si los militantes de la actual fuerza centrista, la UDF, aceptan su propuesta.

Bayrou, que ha pasado del 6,8 por ciento de voto en 2002 al 18,5 del domingo, pintó un panorama sombrío de la situación en Francia, caracterizado por "una democracia enferma, un tejido social roto y la falta de crecimiento". En este contexto, señaló que su nuevo partido debe servir de "contrapeso" a los dos grandes y confirmó que será candidato en las elecciones legislativas de junio.

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