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Moragas remarca que Zapatero "es el único mandatario occidental que no ha entrado en la Casa Blanca"

El "absentismo" del presidente del Gobierno, su enfrentamiento con EEUU, la apuesta por "liderazgos en decadencia" como Kerry, Schröeder o Chirac, su relación con Chávez y Castro y la perdida de peso en la UE conforman para Jorge Moragas los rasgos principales de la política exterior de Zapatero que ha provocado un grave retroceso de la posición de España en el mundo. En un desayuno informativo el dirigente del PP ha defendido la alternativa del PP en esta materia, basada en lo que ha denominado "eje Merkel-Sarkozy-Rajoy". 

El "absentismo" del presidente del Gobierno, su enfrentamiento con EEUU, la apuesta por "liderazgos en decadencia" como Kerry, Schröeder o Chirac, su relación con Chávez y Castro y la perdida de peso en la UE conforman para Jorge Moragas los rasgos principales de la política exterior de Zapatero que ha provocado un grave retroceso de la posición de España en el mundo. En un desayuno informativo el dirigente del PP ha defendido la alternativa del PP en esta materia, basada en lo que ha denominado "eje Merkel-Sarkozy-Rajoy". 
(Libertad Digital)  Las directrices que el actual Gobierno aplica ante EEUU, en Europa, Ibeoramérica, Oriente Medio y el Magreb está provocando que España sea vista por la comunidad internacional como un país "falto de nervio" y sin opciones para "hacerse respetar en la escena internacional", según un balance hecho por el secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas. En un desayuno informativo, el responsable popular opina que nuestro país mantiene un grave déficit en política exterior y el "presidente no hace nada por remediarlo". Los empresarios y la sociedad española en general, menciona Moragas, quieren "lo que tienen todos los países": un presidente que asuma la defensa de los intereses españoles en el mundo "como una obligación inherente a su cargo".
 
Para Moragas “las buenas formas en política internacional se dan por supuesto pero no pueden convertirse en el único contenido”. En este sentido, señaló que lo que calificó como "adanismo infantil" o "buenismo" de Zapatero "se ha incorporado con fórceps a la Política Exterior". En referencia a la pérdida de peso de España en la escena internacional, añadió que "si Zapatero dice que la nación española es un concepto discutido y discutible lo que provoca es que el respeto hacia España en la escena internacional se resienta".
 
El caso de las relaciones con EEUU es, para Moragas, uno de los indicadores de la deriva en política exterior. "El rechazo de Zapatero a trabajar desde la amistad  con los Estados Unidos de América nos ha excluido del tablero occidental", señaló, al tiempo, que recordaba que "Zapatero es el único mandatario occidental que no ha entrado en la Casa Blanca y la comunidad internacional ha tomado nota de eso, incluso el sandinista Daniel Ortega tiene esa puerta abierta".
 
Otro flanco muy criticado por Moragas fue la apuesta de Zapatero por "líderes efímeros o en decadencia". Así, relató que "obturó la relación con la casa Blanca apostando por el perdedor –John Kerry–. Personalizó en Schröeder la relación con Alemania despreciando a quien hoy lidera –la fracasada Merkel– al primer socio de España. Forjó con Chirac una relación fotogénica que tiene los días contados y cometió el error de hacer pivotar su Política Exterior sobre el funcionarial liderazgo de un Secretario general de Naciones Unidas –el controvertido Kofi Annan– que hoy está jubilado". Ante este panorama, "Zapatero debería de cambiar de bola de cristal o de Ministro", ironizó Moragas.
 
Asimismo exigió a Zapatero que rectifique "la resolución del Parlamento Europeo y comunicar al Consejo Europeo que se equivocó y que el proceso ha sido un error". “Zapatero debería apelar a la Comunidad internacional para derrotar a ETA", señaló.
 
En cuanto a su política en Oriente Medio consideró que “el mundo no toma en serio a un Presidente del Gobierno que lanza un proceso de paz en la zona sin contar antes con una de las dos partes y que sin embargo, no ha encontrado un hueco en casi tres años para visitar la región". Moragas destacó que "ni Aznar ni González incurrieron en la soberbia y la frivolidad de diseñar el futuro de la región sin pisar antes el terreno”.
 
No es mejor la perspectiva de la política en Iberoámerica de Zapatero. En opinión del PP "le guste o no, Zapatero quedará ligado al liderazgo perturbador de Hugo Chávez", lo que ha supuesto una pérdida de liderazgo de España en la región ya que, según Moragas, "los dirigentes más respetados de Latinoamérica ya no entran por Madrid sino por Berlín, Zapatero ya no puede defender a Latinoamérica desde Bruselas, ni desde la Casa Blanca, ni desde el G-8". Especialmente grave para Moragas es la actitud del presidente del Gobierno en relación con la dictadura castrista ya que "Zapatero será recordado por los demócratas cubanos como el último dirigente occidental que oxigenó al dictador cubano" y recordó como "rechazó en el Parlamento respaldar una moción que apelaba a una transición pacífica a la democracia en Cuba".
 
De la Unión Europea, pide que España actúe con "mucha sensibilidad en su defensa del Tratado Constitucional" y sobre Marruecos llama la atención los constantes aplazamientos del viaje oficial justo cuando se alardeaba de mantener una "relación inédita". Zapatero, considera, debería pisar el reino alaui antes de que se celebren  elecciones que podrían dar la victoria a los islamistas.
 
Ante esto, el PP apuesta por una alternativa que pasa por lo que Moragas denomina "eje Merkel-Sarkozy-Rajoy". Según explicó el PP está trabajando "la relación estratégica con la CDU de una Merkel todavía en la oposición y con la emergente UMP de Sarkozy en Francia. Desde entonces Rajoy ha mantenido varios encuentros con ellos y desarrollado una agenda de trabajo. Hoy Alemania se recupera bajo la dirección de la ya Canciller Merkel y la candidatura de Sarkozy recorre Francia como una emoción imparable. Rajoy intensificará sus contactos con ambos líderes durante el primer semestre de 2007".
 
Moragas subrayó por último que una victoria de Rajoy en las elecciones supondría "recueprar la interlocución con la Casa Blanca con independencia de quien sea su inquilino y mantendría un diálogo bilateral intenso y privilegiado con los socios más importantes de España en la UE, en la Alianza Atlántica, en el Mediterráneo,  en la Comunidad Iberoamericana de Naciones y en Asia. La defensa del interés nacional ahí donde esté en juego, la recuperación del equilibrio y la oferta de entendimiento con el partido mayoritario de la oposición serán principios rectores de una Política Exterior para el siglo XXI".
 

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