L D (EFE) El Pamesa Valencia ha derrotado al Real Madrid en un choque vibrante que sirvió para igualar la eliminatoria de cuartos de final que ambos protagonizan pero que será recordado, sobre todo, por la explosión de Víctor Claver, que tras varias notables actuaciones, se estrenó como estrella en la Liga ACB. El joven alero, al que hasta el tramo final de la temporada habían tenido incomprensiblemente oculto, sostuvo a los locales en los momentos de mayor apuro y fue la pieza clave para que el equipo valenciano le diera la vuelta a un encuentro que dominó el Real Madrid en su mayor parte, pero que los visitantes no supieron o no pudieron rematar a tiempo.
Como si de una prolongación del primer encuentro se tratara, el partido empezó trepidante y físico. El duelo en la pintura entre Garcés y Miralles por los locales y Hervelle y Reyes por los visitantes presidió el inicio del choque y sólo las apariciones de Avdalovic y Bullock sacaban la guerra de la zona de la pintura. Con las fuerzas igualadas (14-14, m.7), las rotaciones marcaron las primeras diferencias. Los jugadores que salían del banquillo de Joan Plaza lo hicieron más metidos en el encuentro que los que lo hacían del de Fotis Katsikaris y los puntos de Marko Tomas y Sekulic permitieron al Real Madrid hacerse con la iniciativa del juego y del marcador (19-25,m.11).
El guión del choque pudo cambiar entonces. Una canasta del atrevido Víctor Claver con tiro adicional, le costó a Reyes además de la falta, una técnica por protestar. Con el Madrid despistado, el Pamesa apretó y redujo su desventaja a un punto pero cuando peor pintaban las cosas, los puntos de Mumbrú y Hervelle dieron aire a los visitantes. Pero el conjunto madrileño había perdido el paso y Avdalovic lo leyó a la perfección. Con su equipo atascado en ataque estático aceleró el ritmo y con un par de transiciones, al Pamesa no le costó llegar al descanso con sus opciones intactas (35-38, m.20).
El paso por los vestuarios no cambió el porcentaje de acierto de ninguno de los dos equipos y, de nuevo, el Madrid volvió a hacer sencillo lo que para los locales era toda una proeza: anotar. A Garcés, el balón se le escurría de las manos y en cambio de las de Bullock cada vez salía con más frecuencia hacia canasta (40-49, m.25). Y, entonces, apareció Claver. Una primera canasta sostuvo a los suyos cuando se derrumbaban y una segunda, un mate con personal de Hervelle, levantó al pabellón entero y no debió gustar demasiado a Mumbrú que tuvo un feo gesto con el joven alero, mientras este celebraba su canasta. Felipe Reyes seguía en el banquillo, aparentemente 'castigado'.
Su repertorio aún no se había acabado. Un tapón y un par de canastas más y el partido de nuevo en un puño. El Madrid, incapaz de distanciarse, se las arreglaba para no ceder el mando. Smith asumió con responsabilidad las posesiones más comprometidas de los visitantes pero Claver rompió el pésimo porcentaje local desde la línea de tres puntos y con la ayuda de Miralles enchufó al Pamesa y le dio la vuelta al marcador (66-65, m.39). Bullock devolvió el golpe y puso por delante a su equipo pero a Avdalovic no le tembló el pulso y con 17 segundos anotó un triple que dejó la pelota en el tejado del Madrid. Raúl López falló el suyo y la Fonteta estalló. El Pamesa había igualado la serie y ellos habían asistido al debut como estrella de Víctor Claver.
Como si de una prolongación del primer encuentro se tratara, el partido empezó trepidante y físico. El duelo en la pintura entre Garcés y Miralles por los locales y Hervelle y Reyes por los visitantes presidió el inicio del choque y sólo las apariciones de Avdalovic y Bullock sacaban la guerra de la zona de la pintura. Con las fuerzas igualadas (14-14, m.7), las rotaciones marcaron las primeras diferencias. Los jugadores que salían del banquillo de Joan Plaza lo hicieron más metidos en el encuentro que los que lo hacían del de Fotis Katsikaris y los puntos de Marko Tomas y Sekulic permitieron al Real Madrid hacerse con la iniciativa del juego y del marcador (19-25,m.11).
El guión del choque pudo cambiar entonces. Una canasta del atrevido Víctor Claver con tiro adicional, le costó a Reyes además de la falta, una técnica por protestar. Con el Madrid despistado, el Pamesa apretó y redujo su desventaja a un punto pero cuando peor pintaban las cosas, los puntos de Mumbrú y Hervelle dieron aire a los visitantes. Pero el conjunto madrileño había perdido el paso y Avdalovic lo leyó a la perfección. Con su equipo atascado en ataque estático aceleró el ritmo y con un par de transiciones, al Pamesa no le costó llegar al descanso con sus opciones intactas (35-38, m.20).
El paso por los vestuarios no cambió el porcentaje de acierto de ninguno de los dos equipos y, de nuevo, el Madrid volvió a hacer sencillo lo que para los locales era toda una proeza: anotar. A Garcés, el balón se le escurría de las manos y en cambio de las de Bullock cada vez salía con más frecuencia hacia canasta (40-49, m.25). Y, entonces, apareció Claver. Una primera canasta sostuvo a los suyos cuando se derrumbaban y una segunda, un mate con personal de Hervelle, levantó al pabellón entero y no debió gustar demasiado a Mumbrú que tuvo un feo gesto con el joven alero, mientras este celebraba su canasta. Felipe Reyes seguía en el banquillo, aparentemente 'castigado'.
Su repertorio aún no se había acabado. Un tapón y un par de canastas más y el partido de nuevo en un puño. El Madrid, incapaz de distanciarse, se las arreglaba para no ceder el mando. Smith asumió con responsabilidad las posesiones más comprometidas de los visitantes pero Claver rompió el pésimo porcentaje local desde la línea de tres puntos y con la ayuda de Miralles enchufó al Pamesa y le dio la vuelta al marcador (66-65, m.39). Bullock devolvió el golpe y puso por delante a su equipo pero a Avdalovic no le tembló el pulso y con 17 segundos anotó un triple que dejó la pelota en el tejado del Madrid. Raúl López falló el suyo y la Fonteta estalló. El Pamesa había igualado la serie y ellos habían asistido al debut como estrella de Víctor Claver.