LD (EFE) Las cadenas de televisión CNN-Türk y NTV han confirmado la explosión de una bicicleta-bomba en un mercado de las afueras de la ciudad de Izmir, situada al oeste de Turquía. El atentado ha dejado al menos diecisiete heridos, uno de ellos muy grave. La mayoría de las víctimas son comerciantes que estaban abriendo sus puestos, ya que la bomba estalló a una hora temprana. Ningún grupo se atribuyó por ahora la autoría del atentado.
Para este fin de semana está prevista una manifestación en Izmir, la tercera ciudad de Turquía, y como anteriormente en Estambul y Ankara, se espera que acudan decenas de miles de personas para pronunciarse a favor de un Estado laico y contra el Gobierno islamista moderado. En cualquier caso, el gobernador Cahit Kiraç desvinculó la explosión de la manifestación que tendrá lugar mañana en la ciudad.
Para tranquilizar a la población, Kiraç aseguró que "durante la manifestación, tres mil policías velarán por la seguridad. Si hace falta ocuparemos a todas las fuerzas de seguridad de Izmir". Por su parte, el alcalde de la ciudad, Aziz Kocaoglu explicó que "no se trata de un ataque para asustar a la gente, sino que iba dirigido a acabar con la vida de alguna persona en concreto. Afortunadamente no ha sido así".
En cambio, la presidenta del comité organizador de la multitudinaria protesta de este domingo, Ferda Kardelen, opinó que la bomba pretendía "obstaculizar la manifestación".