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El Real Madrid vuelve a ponerse por delante en los play-offs al dar un golpe de autoridad al Pamesa (100-79)

Otra vez con más problemas de los esperados, el Real Madrid ha conseguido ponerse de nuevo por delante en su serie ante el Pamesa Valencia, que plantó dura batalla, pero sucumbió ante la gran remontada de los blancos, comandados por Louis Bullock y un gran acierto global desde la línea de 6,25. El buen primer cuarto de los valencianos se diluyó tras un mejor segundo parcial de los de Plaza, que terminaron abultando tras el descanso. Este viernes se juegan los otros tres partidos. Gran Canaria y Unicaja tienen su última oportunidad de resucitar ante DKV Joventut y Tau Vitoria. El Barcelona y el Akasvayu lucharán por deshacer la igualdad en su serie.

Otra vez con más problemas de los esperados, el Real Madrid ha conseguido ponerse de nuevo por delante en su serie ante el Pamesa Valencia, que plantó dura batalla, pero sucumbió ante la gran remontada de los blancos, comandados por Louis Bullock y un gran acierto global desde la línea de 6,25. El buen primer cuarto de los valencianos se diluyó tras un mejor segundo parcial de los de Plaza, que terminaron abultando tras el descanso. Este viernes se juegan los otros tres partidos. Gran Canaria y Unicaja tienen su última oportunidad de resucitar ante DKV Joventut y Tau Vitoria. El Barcelona y el Akasvayu lucharán por deshacer la igualdad en su serie.
L D (EFE) Los valencianos cogieron la eliminatoria por los cuernos, decididos a quemar la gran opción de darle un vuelco al factor cancha. Las ideas del técnico griego Fotis Katsikaris despejaron la zona para los hombres interiores a golpe de pizarra y, también, del acierto en el perímetro, pero el empuje madridista terminó por desbordarlos. La ambición del Pamesa y, sobre todo, su buena ejecución ofensiva para surtir de balones a los hombres altos y seleccionar buenos tiros en la distancia cogieron a contrapie al Madrid. Los blancos tardaron en encontrar la tecla. El tiempo suficiente para que el Pamesa se adueñara de la situación de una forma prometedora (10-18 m.7).

El horizonte de vino y rosas del Pamesa, no obstante, se desvaneció en el aire. El zarpazo visitante lo compensó el belga Axel Hervelle. El ala-pívot jugó unos minutos sensacionales en el primer cuarto. Los saldó con once puntos y el Madrid de nuevo en la brecha después de un periodo de adaptación a las buenas formas del Pamesa y de ajustes en defensa. Los blancos terminaron de coser los desajustes defensivos, muchos de ellos producto de una inteligente circulación de balón por parte de los naranjas, en el segundo cuarto. Empezaron a dificultar las acciones de ataque rivales y a mover los peones del juego interior para retomar el control de un partido vital en todas las eliminatorias porque, hasta ahora, ha marcado definitivamente el desenlace final.

El 2-1 es más de medio pasaporte para la siguiente ronda y los dos equipos lo buscaron con el corazón, con la cabeza y con todo el deseo. Pero la recomposición blanca no dio margen para las conjeturas. El estadounidense Louis Bullock contribuyó a la solidez de la apuesta local con intervenciones precisas, oportunas y letales y, así, empezó a romperse el peligro levantino. Bullock terminó los primeros veinte minutos con dieciséis puntos. Hervelle con once. En el Pamesa, el panameño Rubén Douglas también desempeñó un papel clave para sostener al equipo. Sin embargo, el 9-0 de salida del segundo cuarto había cambiado el rumbo de las cosas.

El Madrid enfiló el vestuario con siete de ventaja (47-40) y entró en el tercer cuarto con el acelerador al límite. La claridad de ideas, la velocidad que imprimió al juego y la facilidad para ver aro desde la zona y en el perímetro paso una factura demoledora a los hombres de La Fonteta. Víctor Claver encontró muchas más dificultades para desenvolverse frente al aro que en los dos primeros partidos. El serbio Vule Avdalovic tampoco había adquirido protagonismo anotador y los hombres más incisivos de los primeros minutos, Albert Miralles y el panameño Rubén Garcés, también fueron perdiendo peso paulatinamente.

La combinación de todos estos factores frenó en seco al Pamesa, que pasó de ser una amenaza a contar con todas las papeletas para convertirse en el perdedor de la noche antes de que concluyese el tercer periodo (75-57 m,.29). Dieciocho puntos de desventaja le ponían al borde del precipicio. Y no sólo eso. El Madrid elevó las revoluciones a partir del descanso y cogió una velocidad de crucero que los valencianos no podían seguir. El parcial del tercer corte, a pesar de dos acciones individuales de Claver y una de Miralles que maquillaron el castigo recibido durante esos diez minutos, retrató las dificultades visitantes (31-22 de parcial y 78-62 en el marcador).

Avdalovic demostró la clase que tiene cuando todo parecía perdido y recuperó la posibilidad de ganar en Vistalegre (80-72). Sin embargo, la opción valenciana apenas duró unos segundos. El Madrid jugó las siguientes posesiones con una gran eficacia, supo mover los sistemas, encontrar tiros francos dentro y fuera de la pintura y apuntillar a un Pamesa que ahora necesita ganar el próximo sábado en La Fuente de San Luis para jugar el desempate en Vistalegre, donde los titulares del terreno sólo han perdido un partido esta temporada.

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