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"EL AÑO QUE VIENE ESTAREMOS MEJOR", por Víctor Gago

LD (Víctor Gago) El presidente ha hablado de "esta nueva equivocación de ETA". Su lenguaje expresa una ideología espeluznante. Para Zapatero, ETA no es el Mal, simplemente está "equivocada"; de la misma forma que no mata, sino que comete "accidentes".
 
No hay descuido en sus palabras. Así piensa, y así sigue actuando. Es curioso que el presidente se haya referido a la "equivocación de ETA", pero no haya dicho una sola palabra de sus propios errores. De hecho, su comparecencia tras el anuncio de la banda terrorista ha sido un compendio de ellos desde la declaración de falsa tregua del 25 de marzo de 2006.
 
Por reincidencia obtusa, se convierten en algo peor que errores. Son auténticos ramalazos de mala fe: la autoexculpación –"Lo he intentado"–, el rencor al PP –"Gracias a todos los que me han apoyado incondicionalmente"– la ambigüedad –"El futuro de los vascos depende y dependerá de ellos mismos, conforme a la Ley y las reglas de la democracia"– y el desprecio por las víctimas, ya que, para el presidente, la tregua acaba este 6 de junio, y no cuando ETA asesinó al anciano al que asfixiaron quemándole su casa, ni cuando se recibió la primera carta de extorsión, o le incendiaron la ferretería al concejal de UPN en Barañain, ni siquiera cuando mataron de un bombazo a Carlos Palate y Diego Estacio.
 
No hay, en las palabras de Zapatero, el menor asomo de contricción ni indicio alguno de que vaya a rectificar.
 
Que deje de negociar, obligado por la agenda de ETA, no quiere decir que cambie su política, basada en la idea de fondo de que con los terroristas se puede dialogar, porque sus diferencias con la llamada "izquierda democrática" –¿Quedará algo de ella, cuando el PSOE se hunda por la exasperación popular tras el paso de Zapatero por su historia?– son de método, no de objetivos. De hecho, Zapatero ha vuelto a insistir este martes en su melífico deseo de paz.
 
La Legislatura acabó el pasado 30 de diciembre, con el atentado contra el aeropuerto de Madrid-Barajas. Otra cosa es que Zapatero lo entienda y adelante las Elecciones Generales. No está claro que lo haga, pese al rotundo fracaso del único punto de su programa de Gobierno.
 
Desde un punto de vista de la lógica de sus intereses personales –los únicos que cuentan en el PSOE–, puede que le convenga estirar los plazos.
 
Es un hecho que el Gobierno no maneja información sobre ETA –a pesar de lo que dijo durante la campaña para justificar las reuniones de Eguiguren con Ternera: "es mi obligación manejar la mejor información posible de ETA"–.
 
La T-4 cogió a Zapatero lanzando a la prensa el siguiente mensaje navideño: "Tengo la firme convicción de que dentro un año estaremos mejor".
 
En la cabeza de Zapatero puede existir ahora mismo temor a otro atentado como el de la T-4, o peor, si convoca Elecciones Generales sin manejar información fideligna del grado de reorganización y operatividad de ETA.
 
Cualquiera, en su lugar, querría esperar a tener controlados los movimientos de la banda terrorista para tener unas elecciones relativamente en paz. Ese cotejo de información le puede llevar su tiempo.
 
GANAR TIEMPO
 
Es justo lo que Zapatero puede estar necesitando ahora. Elecciones Generales anticipadas es justo lo contrario del tiempo que necesita para recomponer los resortes de la lucha antiterrorista relajados o abiertamente colaboracionistas con ETA durante la tregua. Ahí está el chivatazo a ETA, metido en el congelador de Garzón.
 
Con una situación macroeconómica relativamente buena, quizá piense Zapatero que puede ganar, siempre que disponga del tiempo necesario para movilizar a su muchos propagandistas –todas las televisiones, el 90 por ciento de los periódicos y canales de radio, tribunas académicas e institucionales, grandes empresarios encantados del pastón que les ha hecho ganar,...–
 
Habrá otros factores que le empujen, o no, a decidir un adelanto electoral. En primer lugar, estará la reacción de Mariano Rajoy al comunicado de ETA.
 
Si Rodríguez Zapatero intuye que puede manejar el simulacro de diálogo con el jefe de la Oposición, como ha hecho hasta ahora, convocándole a placer a La Moncloa para, acto seguido, culparle de la falta de acuerdo, entonces, la partida del tiempo la tendrá ganada y podrá esperar con relativa comodidad a marzo de 2008.
 
Los resultados de las últimas municipales son un buen indicador para Zapatero de que las cesiones a ETA se imprimen con una tinta muy débil en la memoria de la Opinión Pública. Ni al PSOE le ha ido tan mal, ni al PP tan bien, el pasado 27-M.
 
En la mente de Zapatero pueden estar dándose estas cavilaciones ahora mismo.¿Hay tiempo de pasar página y de que los españoles vuelvan a votar encantados de la fiesta? Si Zapatero llega a la conclusión de que sí, no habrá Elecciones anticipadas.
 
El Debate sobre el Estado de la Nación, previsto para julio próximo, será una buena cata del clima pre-electoral. Del tono y las posiciones que tomen los aliados de Rodríguez Zapatero –IU, ERC, CiU, PNV, ...– saldrá un boceto de calendario bastante aproximado.
 
EL ÚLTIMO TEST: PRESUPUESTOS
 
El último test, antes de saber si habrá o no Elecciones Generales será el debate sobre los Presupuestos Generales. El vicepresidente Solbes ha opinado que deberían convocarse Elecciones en octubre, si el Gobierno no reúne el respaldo que necesita para sacar adelante el proyecto presupuestario y se ve obligado a prorrogar la Ley del año anterior.
 
Pero también es conocido que el criterio de Solbes cuenta poco en La Moncloa, así que tampoco es indicio definitivo de nada.
 
PURAS Y LÓPEZ AGUILAR: PRIMERAS VÍCTIMAS
 
Por último, están las primeras víctimas políticas del final de la tregua, aquellos a los que la decisión de ETA ha cogido con el paso cambiado. Candidatos regionales como Fernando Puras o Juan Fernando López Aguilar, a los que el comunicado terrorista hace un roto en sus planes de gobernar.
 
En Navarra, un pacto con Nafarroa-Bai y ANV podría ser ahora mismo suicida para Zapatero.
 
En Canarias, CC no necesita mejor excusa para pactar con el PP, que oler la derrota de Zapatero en las próximas Generales y anticiparse a un cambio de ciclo. La supervivencia de los nacionalistas canarios depende, más que ninguna otra minoría periférica, de las relaciones que sean capaces de mantener con el Gobierno de turno. Si hay entendimiento, fluyen las subvenciones, transferencias, inversiones, hay lobby en Bruselas,...
 
Más víctimas del final de la tregua: Garzón, con su congelador de casos a favor de la paz, o Cándido Conde-Pumpido, auténtico esbirro de la negociación y artífice de los éxitos de ETA: las listas de ANV, que ahora manejará 200 millones de euros al año desde los ayuntamientos que controla, para seguir financiando los asesinatos y secuestros de ETA; la excarcelación de De Juana, el paseo en helicóptero de Otegi,...
 
Este mismo lunes, durante uno de sus diálogos periodísticos patrocinados por La Caixa y el Centro Rey Juan Carlos de la Universidad de Nueva York, el juez Garzón aún defendía ante la vicepresidenta Fernández de La Vega la conveniencia de extraer lecciones del diálogo de Uribe con los terroristas en Colombia. ETA le ha pitado, de madrugada, "fuera de juego".
 
Más oportuno ha estado el embajador Eduardo Aguirre este martes, durante el desayuno informativo organizado por Europa Press: "A los terrorista hay que borrarlos de la lista".
 
También hay ganadores y perdedores, tras el final de la farsa.
 
Gana ETA, que tiene al menos 200 pistolas nuevas, probablemente más explosivos que nunca, nuevos comandos y más dinero que antes. También ganan los nuevos concejales y alcaldes de Batasuna-ETA.
 
Pierden los de siempre, las víctimas del terrorismo, los concejales del PP y el PSOE y sus escoltas, que seguirán viviendo sin libertad y con miedo.

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