L D (EFE) Putin hizo la oferta, en una entrevista bilateral durante la cumbre del G-8, como una "alternativa" a los elementos del escudo antimisiles que EEUU pretende desplegar en la República Checa y Polonia, de acuerdo con Hadley.
Bush respondió que la idea es "interesante". Fuentes estadounidenses interpretaron la propuesta como una forma de reducir la tensión por parte de Rusia, que llegó a amenazar con apuntar sus cohetes hacia Europa si EEUU seguía adelante con su despliegue en territorio plocaco y checo.
El grupo de trabajo estaría formado por los ministros de Defensa, Estado y de Asuntos exteriores de ambos países, según Hadley. El radar situado en Gablá, a 250 kilómetros de Bakú, la capital de Arbaiyán, fue construido por la Unión Soviética y podría usarse para detectar lanzamientos de misiles por parte de terceros países. De momento no se ha informado de dónde podrían estar los interceptores para derribarlos.
La propuesta de Putin aparentemente fue una sorpresa para los funcionarios estadounidenses. En unas breves declaraciones a la prensa tras la entrevista, el presidente ruso dijo estar "muy satisfecho con el espíritu de franqueza de la conversación" con su homólogo estadounidense.
Por su parte, Bush afirmó que ambos líderes mantuvieron un "diálogo constructivo" y expresó su deseo de "colaborar" con Rusia. "Le he dicho que estoy deseando que vaya a la casa de mis padres en Maine para conversar más", dijo Bush, quien ha invitado al líder ruso a acudier a la residencia de su familia el 1 y 2 de julio en Kennebunkport (Maine).
Bush respondió que la idea es "interesante". Fuentes estadounidenses interpretaron la propuesta como una forma de reducir la tensión por parte de Rusia, que llegó a amenazar con apuntar sus cohetes hacia Europa si EEUU seguía adelante con su despliegue en territorio plocaco y checo.
El grupo de trabajo estaría formado por los ministros de Defensa, Estado y de Asuntos exteriores de ambos países, según Hadley. El radar situado en Gablá, a 250 kilómetros de Bakú, la capital de Arbaiyán, fue construido por la Unión Soviética y podría usarse para detectar lanzamientos de misiles por parte de terceros países. De momento no se ha informado de dónde podrían estar los interceptores para derribarlos.
La propuesta de Putin aparentemente fue una sorpresa para los funcionarios estadounidenses. En unas breves declaraciones a la prensa tras la entrevista, el presidente ruso dijo estar "muy satisfecho con el espíritu de franqueza de la conversación" con su homólogo estadounidense.
Por su parte, Bush afirmó que ambos líderes mantuvieron un "diálogo constructivo" y expresó su deseo de "colaborar" con Rusia. "Le he dicho que estoy deseando que vaya a la casa de mis padres en Maine para conversar más", dijo Bush, quien ha invitado al líder ruso a acudier a la residencia de su familia el 1 y 2 de julio en Kennebunkport (Maine).
El Consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Stephen Hadley calificó de positiva la oferta rusa. "Es algo positivo, que ofrece la perspectiva de intentar superar las diferencias sobre este tema", dijo Hadley.
El Radar de Gabalá (Azerbaiyán), que Rusia alquila desde 2002, le permite detectar la trayectoria y los eventuales blancos de misiles procedentes de Irán o Irak. "Lo podemos utilizar en régimen automático y todo el sistema que emplacemos protegería, no sólo una parte del continente, sino toda Europa, sin excepciones", dijo Putin a la prensa rusa, según la agencia Interfax.
Además, agregó, "esto excluirá la amenaza de que restos de cohetes caigan sobre el territorio de países europeos, puesto que se precipitarían al mar o al océano".
De esta forma, según Putin, Rusia no tendrá que apuntar sus misiles contra ningún objetivo en Europa, como amenazó esta semana, y sí podrá cooperar con Washington en la defensa estratégica con la participación de los países europeos interesados.
A una distancia de hasta 6.000 kilómetros, el radar de Gabalá es capaz de detectar los lanzamientos de misiles balísticos y de crucero desde bombarderos, buques y submarinos norteamericanos, calcular su trayectoria y definir los blancos y el momento del impacto.
El acuerdo para la utilización por Rusia de la estación de Gabalá, a 250 kilómetros de Bakú (capital azerbaiyana), fue firmado por Putin y el anterior líder azerbaiyano, Heidar Alíyev, el 25 de enero de 2002.
Este radar gigante fue construido en las montañas del norte de ese país del Cáucaso limítrofe con Irán en 1984, como la mayor de las estaciones de su tipo para detectar los lanzamientos de misiles balísticos de eventuales enemigos, con un alcance que llega a Australia.
El radar de Gabalá, de la clase "Darial", cubre los territorios del norte de África, Turquía, Irak, Irán, Arabia Saudí, la India, Pakistán y el océano Indico hasta Australia, y en 1991 permitió al Kremlin observar en tiempo real la Guerra del Golfo contra Irak.
Además, agregó, "esto excluirá la amenaza de que restos de cohetes caigan sobre el territorio de países europeos, puesto que se precipitarían al mar o al océano".
De esta forma, según Putin, Rusia no tendrá que apuntar sus misiles contra ningún objetivo en Europa, como amenazó esta semana, y sí podrá cooperar con Washington en la defensa estratégica con la participación de los países europeos interesados.
A una distancia de hasta 6.000 kilómetros, el radar de Gabalá es capaz de detectar los lanzamientos de misiles balísticos y de crucero desde bombarderos, buques y submarinos norteamericanos, calcular su trayectoria y definir los blancos y el momento del impacto.
El acuerdo para la utilización por Rusia de la estación de Gabalá, a 250 kilómetros de Bakú (capital azerbaiyana), fue firmado por Putin y el anterior líder azerbaiyano, Heidar Alíyev, el 25 de enero de 2002.
Este radar gigante fue construido en las montañas del norte de ese país del Cáucaso limítrofe con Irán en 1984, como la mayor de las estaciones de su tipo para detectar los lanzamientos de misiles balísticos de eventuales enemigos, con un alcance que llega a Australia.
El radar de Gabalá, de la clase "Darial", cubre los territorios del norte de África, Turquía, Irak, Irán, Arabia Saudí, la India, Pakistán y el océano Indico hasta Australia, y en 1991 permitió al Kremlin observar en tiempo real la Guerra del Golfo contra Irak.