LD (EFE) La jornada de terror en Irak de este viernes ha comenzado en la localidad de Al-Qurna, situada al norte de Basora, donde han muerto catorce personas por la explosión de dos coches-bomba en un breve intervalo de tiempo. Uno de los vehículos explotó en un mercado y el otro en un aparcamiento.
Hasta ahora, Al-Qurna, a cien kilómetros al norte de Basora, cerca de la frontera entre Irak e Irán, había permanecido inmune a la ola de violencia sectaria que sacude al país. Sin embargo, las fuentes policiales vinculan esos atentados con la violencia creciente en la vecina provincia donde ha aumentado la tensión entre las tropas británicas e iraquíes y el autollamado "Ejército Mahdi", tras el asesinato de su cabecilla Wisam al-Waeli el mes pasado a manos de soldados británicos y locales.
En Baquba, capital de la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, catorce personas pertenecientes a la familia de un alto oficial de policía y a sus guardaespaldas fueron asesinadas en su domicilio. Entre las víctimas está la esposa del general Ali Daliyan al Jurani, comandante de la "Fuerza Policial de Emergencia" de Diyala, una de las provincias con mayores índices de violencia sectaria.
También en Diyala, en este caso en la ciudad de Miqdadiya, la agencia independiente de noticias iraquí Aswat al-Irak, informó de que al menos siete personas han muerto y otras doce resultaron heridas en una explosión de un coche-bomba. Esa ciudad, habitada por chiíes y kurdos, se ha convertido en objeto de la violencia sectaria por parte de los insurgentes suníes contra las tropas estadounidenses.
Horas después, el director de la Policía de Kirkuk ha confirmado la muerte de al menos veinticinco personas después de que un terrorista suicida hiciera explotar una bomba adosada a su cuerpo en las cercanías de la mezquita de Zaqlein, de la localidad de Daquq, en el norte de Irak.