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Emilio J. González

Una pieza de Solbes contra Sebastián

MAFO es una de las piezas que maneja el vicepresidente económico, Pedro Solbes, en su partida contra el director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián

La decisión del Gobierno de proponer a Miguel Ángel Fernández Ordóñez –MAFO para los amigos– como próximo gobernador del Banco de España ha sido una sorpresa que, analizada con frialdad, tiene su lógica. MAFO es una de las piezas que maneja el vicepresidente económico, Pedro Solbes, en su partida contra el director de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, Miguel Sebastián –cuya mano está detrás de cuestiones tan importantes como la OPA de Gas Natural sobre Endesa o el intento de asalto de Sacyr Vallehermoso al consejo del BBVA, todo para desplazar a sus presidentes–, y Solbes ha sabido emplearla para evitar que el Banco de España cayera en manos de Sebastián.
 
La designación de MAFO ha sido toda una sorpresa. Por su puesto de secretario de Estado de Hacienda y, por tanto, sin responsabilidades sobre el sistema financiero español –responsabilidades que están en la Secretaría de Estado de Economía– nadie podía pensar que Fernández Ordóñez fuera a ser el sucesor de Jaime Caruana. Su nombre no entraba en las quinielas para el cargo, ni se barajó en los ámbitos gubernamentales entre quienes querían influir en la decisión. Pero MAFO es un hombre de Solbes, que éste utiliza para evitar que el control del Banco de España cayera en manos de Sebastián.
 
Conviene recordar que, desde el principio de la legislatura, Sebastián ha tratado de hacerse con el control de los organismos supervisores del sistema financiero, colocando en ellos a su gente, la cual, de una u otra forma, está vinculada con Intermoney, la agencia de valores para la que trabajó Sebastián que está realizando operaciones con las acciones de Endesa en plena OPA. Así, trató de que Carlos Arenillas fuera el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en lugar de Manuel Conthe, el candidato de Solbes, pero Arenillas se quedó en vicepresidente. Sebastián tuvo más éxito con el nombramiento de la directora general del Tesoro, Soledad Núñez, gracias a la intervención de su aliado y amigo, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, de quien depende la Dirección General del Tesoro –la directora general del Tesoro forma parte de los consejos de la CNMV y el Banco de España. Pero, como es lógico, Solbes no puede admitir esta situación, ni la acepta, por lo que ha jugado sus cartas en la sucesión de Caruana.
 
La partida no ha sido fácil, puesto que había muchos interesados en colocar a uno de los suyos en el puesto de gobernador del Banco de España. El propio Miguel Sebastián quería al ex BBVA, como él, Pedro Pérez, uno de los autores del programa económico del PSOE, como candidato para el puesto; sin embargo, Pedro Pérez está cobrando una muy buena pensión del banco a la que habría tenido que renunciar si hubiera entrado en el juego, por lo que dijo “no” a Sebastián. Éste, entonces, promovió el nombramiento de otro de los suyos, Soledad Núñez, bien vista por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, cuya designación hubiera sido un punto político para los socialistas por el hecho de ser una mujer al frente de una institución muy importante, y en unos momentos en que el Ejecutivo acaba de imponer a la CEOE el “trágala” con la ley de igualdad laboral. Aún así, Sebastián no ha conseguido salirse con la suya.
 
Otro que entró en liza fue el ex gobernador del Banco, Luis Ángel Rojo, vinculado con el felipismo y con el programa económico de los socialistas. Rojo quiso que el designado fuera uno de sus discípulos, por lo que dio a Solbes el nombre de Julio Segura, actual consejero de la entidad. Pero Segura no le gustó a Solbes y, además, es inaceptable para el PP, con quien se supone que había que pactar el nombramiento del gobernador y del subgobernador. Por tanto, Solbes eligió a MAFO, la única garantía que tenía de que el Banco de España no cayera en el ámbito de influencia de Sebastián.
 
Ahora, la gran incógnita es si los socialistas respetarán la tradición de pactar entre el Ejecutivo y la oposición el nombramiento del gobernador y del subgobernador del Banco de España. La intención de Zapatero era esa, puesto que el presidente del Gobierno no quiere abrir un nuevo frente con el PP. Pero el anuncio de la designación de MAFO, que tiene mucho de filtración de Sebastián para tratar de quemarlo y colocar a uno de los suyos, sin haberlo consensuado previamente con el Partido Popular, pone las cosas más difíciles y hace pensar en si realmente los socialistas elegirán a un subgobernador de entre la terna de nombres que propondrá el PP, si es que le dejan hacerlo.
 
¿Es MAFO el mejor candidato posible para el puesto de gobernador del Banco de España? Posiblemente, no. Pero entre eso y que el Banco de España quede en manos de Miguel Sebastián es mejor lo primero, visto como se las gasta Sebastián.

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