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Daniel Rodríguez Herrera

La polémica de los videojuegos

El Senado del Estado de Washington ha aprobado una medida que impondrá multas de hasta 500 dólares a los comercios locales que vendan a menores juegos en los que se puedan realizar actos violentos contra fuerzas de la ley. Por supuesto, la medida se aprueba en beneficio del consumidor. En la práctica beneficiará a las empresas de otros estados que vendan juegos por catálogo o por Internet.

Los medios de comunicación y los políticos parecen tenerle mucha manía a los videojuegos. No es el caso de algunos psicólogos. Profesores de la Universidad de Loyola, en Chicago, han llegado a la conclusión de que juegos en red como el Counter-Strike (en el que se forman dos equipos, uno de terroristas y otro de fuerzas antiterroristas) tiene un alto componente social. La emoción más habitual en ellos es la risa, provocada por las chanzas, las provocaciones amistosas, el ridículo de una acción especialmente patosa…

Entrevistando a jugadores, participando ellos mismos y revisando los registros de los mensajes que se envían los jugadores, han descubierto lo que buena parte de los jugones ya sabían. Que la gente disfruta mucho más jugando con viejos amigos que con desconocidos. Que les gustan los movimientos bien hechos, elegantes, incluso si vienen de sus adversarios. Que, en definitiva, estos juegos encierran una serie de comportamientos mucho más complejos que el "matar a todo lo que se mueva".

Algunos juegos de ordenador también podrían tener un alto componente educativo para el que muchos, empezando por sus creadores, no pensaron. Todos ellos intentan diseñarse de modo que los primeros desafíos sean fáciles de superar y la dificultad se incremente progresivamente, convirtiéndose en un reto constante. Algunos géneros, como los juegos al estilo Warcraft, obligan a los jugadores a gestionar una serie de recursos obligándoles a combinar de forma equilibrada objetivos a corto y largo plazo. Otros obligan a resolver complejos puzzles lógicos.

En definitiva, pueden estar ayudando a nuestros escolares a aprender a resolver problemas, algo que nuestra querida LOGSE no creo que pueda aportar. No creo que convenga que los padres rechacen por principio los juegos de ordenador, al menos no todos. Siempre será mejor que "Crónicas marcianas" y sus sucedáneos.

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