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Germán Yanke

La convertirán en maldita

Sí, convertirán la lengua vasca en maldita porque la identifican con el proyecto de “construcción nacional” y la imponen como ésta. Ahora, el Gobierno vasco pretende introducir, en contra de todos los pactos precedentes, asignaturas en vascuence en el modelo de enseñanza en castellano. Convertirán la lengua vasca en maldita y vulnerarán, como hacen sin vergüenza alguna, el derecho y la elección de los padres que han preferido ese modelo. Nada es nuevo (antes fueron los funcionarios, el imponente e injustificado gasto para la “euskaldunización”, el incumplimiento de la exigencia legal de asignaturas en castellano en los modelos bilingües, etc.), pero este nuevo gesto demuestra que el nacionalismo vasco no va a dejar de lado ningún elemento de la inmersión general de la sociedad en los parámetros del nacionalismo.

Apelan a la “situación de debilidad” del vascuence. No es una debilidad institucional, porque es la neolingua del nacionalismo y del funcionariado, de la consecución de trabajo en una comunidad autónoma fuertemente intervenida por los poderes públicos. No es una debilidad económica, porque el gasto en su desarrollo es ingente. No es una debilidad legal, porque el proceso de “euskaldunización” ha superado, a lo largo de los años de gobierno nacionalista, hasta las más mínimas cautelas, desbordando cualquier consejo de los que consideraban que apabullar a los contribuyentes con ello sería perjudicial. Si hay una “debilidad”, no es otra que el hecho de que la elección de los ciudadanos no es exactamente la de los poderes públicos nacionalistas. Y ahora la quieren resolver por la imposición.

La convertirán en maldita, sí, en un país en el que llaman al vascuence “lengua materna” los que no la hablan.

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