Menú
Germán Yanke

El diputado integrista

Caramba con Anasagasti… El diputado nacionalista no tiene sentido del ridículo y le falta el de la orientación hasta el punto de que parece que su partido le va a destinar pronto a otros quehaceres. Tanto afán por hablar, tanto empeño por contentar a unos y otros en su familia política, tanto deseo de estar atento a los aires de Sabin Etxea, son difíciles de compatibilizar sin una inteligencia práctica superior, que no es lo que Anasagasti tiene.

Ahora descubrimos que a Anasagasti le duele más no tener una Conferencia Episcopal propia (sí, propia) que la reprimenda que la Comisión Europea endosó al PNV por su antidemocrático Plan Ibarretxe. Quería guerra el diputado y el Papa habló de paz, es decir, de los peligros del nacionalismo exasperado. Al PNV se le ven los calzoncillos sucios cada día en este asunto de su pretendida pelea con los eclesiásticos. Habla la Conferencia Episcopal de “nacionalismo totalitario” y se sienten aludidos. Habla el Papa de “nacionalismo exasperado” y lo toman como una confabulación contra ellos.

Anasagasti es un católico fundamentalista desde antaño. Ahora sale con lo del cristianismo primigenio y con Cristo echando a los mercaderes del templo para defender una suerte de absurda conexión natural entre los vascos (nacionalistas) y el Vaticano que no se sabe bien quién (Aznar, Bush, Rouco, hasta Zapatero) trata de impedir. En ocasión memorable, cuando Adolfo Suárez visito en una campaña electoral la Basílica de Begoña de Bilbao dijo aquello de que, a pesar del gesto, “la Virgen de Begoña ya sabe a quién hay que votar”. A la inteligencia de este hombre, hasta el más sencillo catecismo le parece ininteligible. Todo lo demás es falta de sentido del ridículo.

Lo que sí ha conseguido el PNV es que los herederos de Batasuna le exijan el apoyo moral prometido, sobre todo porque es a los únicos que el PNV ha prometido apoyo moral en medio de la barbarie de terror que se vive en el País Vasco. Atutxa podrá retrasar todo lo que quiera la disolución del grupo proetarra en el Parlamento Vasco pero veamos si el PNV considera antidemocráticas las elecciones, es decir, si deja de presentarse y pierde el poder concreto, que es lo único que mantiene unido a ese magma totalitario que han ido creando a lo largo de los años. Ya vemos quiénes son los que responden: Montero, el rector de la UPV, que se siente ofendido porque le han impedido hacer lo que el mismo debería haber impedido hace tiempo si tuviera un poco de vergüenza: los etarras aprovechándose de la Universidad pública, amenazando a profesores, beneficiándose de trampas indecentes, entrando en el claustro, sentándose después de salir de la cárcel en sus oficinas. Dice que la Universidad ha sido “ninguneada”. Nada de eso: las medidas han sido posibles porque, saltando por encima de su cobarde silencio, los profesores han podido explicar al Gobierno y al PSOE lo que realmente estaba pasando.

Anasagasti, el fundamentalista, el integrista desorientado, debería ocuparse de esta “guerra”. Pero eso es lo que quiere, guerra. Y seguir haciendo el ridículo, que se le da muy bien.


En Opinión