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Amando de Miguel

El “queísmo”

De sobra sabida es la viciosa tendencia al “dequeísmo”, la introducción fraudulenta del “de” cuando no lo exige el uso correcto. Por ejemplo, “pienso de que”, un simpático vulgarismo que no debe aceptarse. Lo curioso es que, a fuerza de evitar el “dequeísmo”, hay veces en que se elimina el “de” cuando resulta imprescindible. Hay dos ilustraciones típicas: “estar convencido de que” o “darse cuenta de que”. El “queísmo” sería eliminar bonitamente ese de por miedo a pasar por “dequeísta”. De poco sirve el argumento de que algunos grandes escritores a veces pasan por “queístas”. Más grave es que el vicio “queísta” lo practiquen a placer muchos actuales hombres públicos. La cosa tiene mala solución. La gente del común tiende a creer que las personas con autoridad política también ostentan autoridad lingüística. Es una presunción tonta pero que se acepta generalmente. Mi obligación termina al decir lo que pasa. Luego que cada uno obre en consecuencia.


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