El comportamiento de la Bolsa a lo largo de las dos últimas semanas está siendo de manual. En los primeros días, el mercado subió e intentó atacar la resistencia del 6.600. Pero el alza no venía acompañada por volumen de negocio con lo que el Ibex 35 se quedó a las puertas de su objetivo. A continuación, vinieron las correcciones en forma de ventas que, como sucede en las fases alcistas del mercado, se produjeron también con poco volumen de negocio. El siguiente paso fue una fase de compras y ventas que siguieron arrastrando al Ibex hacia abajo hasta que el viernes tocó el soporte de los 6.250 puntos, que funcionó a la perfección y se convirtió en trampolín para una nueva escalada del índice selectivo del mercado español.
El Ibex, por tanto, ha recuperado fuerzas tras las últimas correcciones y se prepara para un nuevo ataque sobre la resistencia del 6.600 que, de resolverse con éxito, abrirá las puertas a una nueva etapa alcista que llevaría al índice a las proximidades del 7.100. ¿Con qué garantías de éxito y sostenibilidad? Probablemente con muchas.
La Bolsa está dando muestras constantes de encontrarse en las primera etapas de un nuevo ciclo alcista. Cuando la Bolsa sube, lo hace con volúmenes de negocio crecientes; cuando los inversores realizan beneficios y la Bolsa baja, lo hace con volúmenes de negocio decrecientes. Desde el punto de vista técnico, por tanto, los signos son de mercado al alza. Los resultados empresariales, además, están acompañando esta tendencia: muchos de ellos no sólo son mejores que hace un año sino que, además, están superando las previsiones de los analistas y de las propias compañías. Esta es otra razón que apoya la tendencia alcista. Asimismo, los modelos de valoración indican que la renta variable, o sea, las acciones, se encuentran infravaloradas en un 20% respecto de la renta fija, una situación anormal que normalmente constituye la antesala de fases alcistas. Por último, aunque persisten las dudas sobre el momento y la intensidad de la recuperación económica, cada vez son más los datos que hablan de que ésta se producirá en el segundo semestre del año, ahora que han desaparecido las incertidumbres en torno a Irak. Este argumento también está cimentando las subidas de la Bolsa.
Por consiguiente, no parece descabellado pensar que el Ibex pueda alcanzar en las próximas semanas el nivel de los 7.100 puntos. Su superación exige necesariamente datos macroeconómicos y resultados empresariales que den señales de reactivación. Pero, desde el punto de vista inversor, todavía es pronto para hablar de ello.
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