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Juan Manuel Rodríguez

El problemático misterio de Fernando Hierro

Fernando Hierro no ha tenido nunca el don de la oportunidad. En pleno Mundial de 2002, con España jugándose las lentejas de la clasificación, decidió anunciar su retirada definitiva de la selección apropiándose de un protagonismo que no le pertenecía a él. ¿Por qué no hacerlo después? Probablemente porque entonces no atraería tanta atención por parte de los medios de comunicación. Otro contrasentido porque, desde que yo recuerde, Hierro se ha convertido para los periodistas en un personaje antipático y esquivo, un futbolista inaccesible que ha dificultado en la medida de sus posibilidades (que son algunas) el trabajo de la prensa deportiva.

Tras la eliminación del Real Madrid en la Champions League ha surgido de nuevo el “problema Hierro” que no es otro que el de la edad del jugador. ¿Está en condiciones de jugar cincuenta partidos con treinta y cuatro años? La respuesta es “no”. ¿Entonces por qué se le ofrecen dos temporadas más? En Delle Alpi, Hierro estuvo especialmente desafortunado e intervino directa y negativamente en los tres goles marcados por la Juventus de Turín. En este punto el “problema Hierro” pasa a convertirse además en un misterio. El jugador responde con sorna a la pregunta de si es intocable: “hablaré con Florentino para comprarle el club y así colocar en el banquillo a un entrenador que me ponga como titular”, pero a renglón seguido reconoce no encontrarse en su mejor momento de forma. ¿Y cómo es posible que un jugador que no está en forma juegue un partido decisivo como el del pasado miércoles? Misterio.

Y aquí llegamos a otro punto interesante. Casi todo el mundo coincide al señalar que Hierro todavía puede jugar un papel importante en el Real Madrid, aunque no como titular indiscutible; un papel como el que desempeñó recientemente Manolo Sanchís, una especie de “guía del vestuario”. Y sin embargo quienes le conocen dicen que Hierro se niega a jugar ese papel y que él lo que quiere es ser titular. ¿Titular habitual en un Real Madrid que compite al mismo tiempo por Liga y Copa de Europa? Imposible.

Y volvemos al principio. El misterio vuelve a convertirse otra vez en un problema. Hierro no quiere darse cuenta de que la edad pasó para él y que ya no es aquel defensa sólido, con una innegable visión para iniciar siempre el fútbol de ataque de su equipo y poseedor de un especial olfato para encontrar la mejor situación sobre el campo. Pasó el tiempo y él perdió sus facultades igual que yo me quedé sin pelo, aunque en mi caso no fuera muy problemático ni tampoco constituyera ningún misterio. “Cuestión genética”, recuerdo que me dijeron.


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