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Juan Manuel Rodríguez

Floro, una polémica que dura diez años

En "Radio España" montamos un buen lío aquel día que le dije en directo a Benito Floro que él no era el entrenador idóneo para el Real Madrid. El asturiano, que por aquellos días andaba por las nubes debido al equívoco patrocinio mediático de aquellos que le hicieron pasar por el "Sacchi español", se me rebrincó y, perdonándome la vida, me soltó: "¿Y tú quién eres? ¿Eres acaso entrenador profesional? ¿Has sido futbolista?"... Demasiadas preguntas. Le respondí que yo era yo y mis circunstancias, y entonces se armó la gorda. Montamos un buen "show" radiofónico aquel día. Fue la primera y última vez que hablé con Floro y creo que el tiempo me dio la razón. Ganó una Copa y después de eso entrenó a Albacete, Sporting de Gijón, Vissel Kobe japonés (cesado en todos ellos) y Monterrey de Méjico.

Ahora leo un artículo de Roberto Palomar en Marca titulado "¿Y los que se reían de Benito Floro?", a propósito de la renovación de éste como entrenador del Villarreal: "Me acuerdo (...) de los necios que se reían de la importancia de los saques de banda, de los gestos en los córners, de la estrategia, de la trascendencia que concedía a la alimentación y todo eso". Y continúa: "Los postulados de Floro están a la orden del día. Tanto que Raúl metió un gol de saque de banda en la final de la Copa de Europa".

Trato en vano de recordar un sólo jugador que marcara un gol tras un saque de banda en el Real Madrid que entrenaba Floro. Sí tengo fresco sin embargo que aquel equipo jugaba esencialmente muy mal al fútbol. Lo único cierto es que una derrota en Lleida apartó a una extraordinaria plantilla de ganar aquella Liga. De hecho, Floro es todavía recordado hoy no por el fútbol que hizo su equipo sino por la histórica bronca en el descanso de aquel partido ("con el pito nos los...") y la compañía de un psicólogo que, según contaban algunos jugadores, les ponía desnudos a cantar villancicos o les sugería que se comieran unos "limones imaginarios".

No sé dónde estarán los que se reían de Benito Floro porque no conocí nunca a ninguno. Si la pregunta fuera "¿dónde están los que pensaban que Benito Floro no tenía la categoría profesional suficiente para llevar a cabo la tarea que le encomendó Ramón Mendoza?", la respuesta sería "yo sé de uno que sigue aquí". De hecho Floro –que venía de entrenar a Silla, Torrente, Denia, Gandía y Alzira– más tarde no dio el salto precisamente a Barcelona, Valencia o Atlético de Madrid sino que tuvo que irse hasta el Japón. Ahora Roig le renueva su contrato como entrenador del Villarreal y yo me alegro personalmente por él. El error que cometió hace diez años fue llegar al Real Madrid creyéndose una mezcla de Stallone, Di Stéfano y el Jedi. Pero no hay equivocación que diez años dure ni cuerpo que lo resista.


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