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Rubén Osuna

La manzana prohibida

Se publicó aquí, en Libertad Digital, un artículo de Daniel Rodríguez Herrera en el que se diagnosticaba un cáncer terminal en la manzana de Cupertino, Apple Computer, un poco como hacen los marxistas, que llevan cien años avisando del inminente derrumbe del capitalismo.

Algunas de las afirmaciones del artículo no me parecen del todo correctas. El secreto del éxito de Microsoft no estuvo en las economías de escala, sino en la astucia comercial y la falta de escrúpulos de Gates y los suyos, la casualidad, la inexperiencia de la legislación antimonopolio ante una industria emergente y en rápida transformación y otros factores que analicé en un largo artículo aquí, en Libertad Digital. La plataforma abierta (lo de compatible es relativo) fue una metedura de pata de IBM; las economías de escala también valían para el DR-DOS (¿o no?); y lo que Gates supo lo sabía todo el mundo (Novell también lo vio claro, pero ya se sabe cómo acabó).

Un Mac tiene el mismo sentido que un Rolls Royce, un Ferrari o una máquina industrial pesada. Nunca será la General Motors pero hay gente que sabe paladear (o necesita) algo especial. Por otra parte, si necesitamos un camión no compramos un deportivo, por mucho que sea más barato. Esos son los dos mercados de Apple: la calidad y la potencia. Es verdad que tienen problemas para aprovechar economías de escala abasteciendo a dos pequeños mercados antitéticos, pero hasta ahora se las han ingeniado bien para beneficiarse de las economías de escala generadas por otros, cuando pueden, y eso explica que el precio de un Mac no sea mucho más alto que el de un PC de equipamiento similar, a pesar del lujo. IBM ha empezado a producir en masa un procesador PowerPC con unidad de enteros de 64 bits para los Mac, y el coste es inferior al de un Pentium4 de última generación. Con el nuevo artefacto Apple reforzará la línea profesional de negocio. Junto a Dell, Apple es la única vendedora de ordenadores domésticos con números negros, a pesar del estancamiento general y de los problemas específicos de una industria en rápido proceso de maduración y en busca de salidas.

El mercado de la música no es un invento de Jobs. Es la salida de una industria con dinero caliente y sin lugar rentable donde meterlo, como no sea fuera de ella. Y hete aquí que hay otra industria en una situación justamente contraria: sin un duro y sin saber cómo vendernos. Otros lo han intentado y han fallado. La mezcla no acaba de cuajar. Jobs ha sido el primero en tener éxito, desde un punto de vista técnico y conceptual. Habrá que ver cómo resiste Apple el envite de la competencia que ataca, como siempre, con retraso y desde atrás.

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