¿Quién le pone el cascabel al gato? Una cosa es que podamos decir que Carmona o Turienzo estuvieron fatal y otra bien distinta es que dudemos de su honradez. Es estadísticamente mucho más fácil que un mal árbitro cometa más errores que uno bueno pero habrá que convenir que todos –con errores y con aciertos– son honrados. ¿Habrá que convenirlo?... No. Aquí no hay convención posible y un día Jaime Ortí (Valencia) dice que "hay que luchar por el segundo puesto", y al siguiente José Luis Astiazarán (Real Sociedad) carga contra las influencias madridistas en la Liga. Y lo que ambos están haciendo es poner en tela de juicio su honradez, no su calidad. ¿Cómo acabar con eso?
La única novedad en todo este asunto la ha introducido Jorge Valdano. Como al director general del Real Madrid le hace todos los fichajes Florentino Pérez, tiene mucho tiempo para reflexionar, y lo ha hecho sobre el "asunto arbitral". Valdano ha sugerido la posibilidad de crear un comité que estuviera encargado exclusivamente de proteger a los árbitros de presiones externas. ¿Cómo? Quizás sancionando a aquellos directivos que sacasen los pies del tiesto. Sí, porque el Real Madrid –que según Helguera no mama porque no va por ahí llorando– se siente desprotegido y puede que injustamente tratado. Sin embargo F.P. hizo unas declaraciones en Telemadrid hace algún tiempo diciendo que en el estadio Santiago Bernabéu era "muy fácil arbitrar" y que eso alentaba el "afán de protagonismo" de algunos colegiados.
Jaime Ortí ya pidió perdón en su momento por aquellas lamentables declaraciones, pero ¿lo habría hecho también si el Valencia no llega a proclamarse campeón de Liga? Yo creo que no. Estoy convencido de que Ortí habría alimentado la llama "anti–arbitral" para protegerse de su propio fracaso deportivo. El razonamiento del presidente valencianista sería más o menos el siguiente: "El hecho de que el Valencia haya ganado la Liga demuestra fehacientemente la honradez de los árbitros". ¿Será el mismo endeble razonamiento que esgrima el joven Astiazarán llegado el caso?
El asunto tiene difícil solución porque, tal y como yo lo veo, a los clubes sólo les haría daño un sistema que les penalizara en la clasificación. El dinero, como puede comprobarse, sobra; y si ahora llega en su ayuda "Papá Estado", mucho más. ¿Y quién penalizaría y por qué a los colegiados? Muy complicado. Por eso la polémica arbitral aguanta tan bien el paso del tiempo.
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