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Joan Laporta sufre un ataque de “holandesitis aguda”, pero debe ser que en Holanda tienen algo que desconocemos contra él porque todos los entrenadores de aquel país en los que se fija le dicen invariablemente que no. Primero fue Koeman, más tarde Hiddink y ahora han empezado a sonar Rijkard y hasta Marco Van Basten. Frank ya ha alegado motivos personales para declinar el ofrecimiento y Marco se me antoja un entrenador demasiado tierno todavía para dirigir un equipo de la tremenda dificultad que encierra el azulgrana. Detrás de esta “holandesitis” es imposible no ver la mano que mece la cunita de Laporta y que no es otra que la de Johan Cruyff. Él fue quien recomendó la contratación de Txiqui Beguiristáin como director deportivo, y éste —a quien une una gran amistad con el ideólogo del “dream team”— estará lógicamente influenciado por todo lo que le recomiende Johan.

El pasado jueves ambos, Laporta y Cruyff, coincidieron en los estudios de la Cadena Cope en Barcelona e intervinieron en “El Tirachinas”. El presidente del Barcelona ya había reconocido su rendida admiración hacia el Cruyff futbolista y entrenador. Sin embargo a Johan hubo que arrancarle durante la campaña electoral una tibia muestra de apoyo hacia el candidato. No es que fuera demasiado apasionado ni tampoco muy encendido pero al socio le quedó suficientemente claro que Cruyff se decantaba por Laporta. Si la mano que mece la cunita del nuevo presidente culé es lo bastante firme y a Laporta no le ocurre lo que a José Luis Núñez y se deja mecer con tranquilidad, no tengo la más mínima duda de que al Barcelona le irá bien. No será cuestión de meses ni a lo mejor de años pero, con Johan en la sombra, el club catalán lo tiene mucho más claro.

Ante tanta negativa acumulada las miradas se han vuelto de repente hacia Radomir Antic. El inefable Enric Reyna ya le renovó en su día el contrato, de forma que eso no supondría ningún problema. El serbio acaba de definirse como un hombre “sin raíces deportivas” y como yo creo que además está loco por la música tampoco sería excesivamente escrupuloso con el hecho de convertirse en el quinto plato de Laporta. En la elección forzada de Antic como entrenador sólo observo un problema y es la desilusión que generaría en un sector importante de la masa social azulgrana. Prometieron cambio y caras nuevas y si Beckham no viene y Antic continúa, Laporta tendrá que sacarse algún conejo de su chistera. Y tendrá que hacerlo ya.

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