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Ignacio Villa

A Zapatero le lleva la corriente

El Partido Socialista, por la ineptitud de unos, por el hambre de poder de otros y por la increíble ingenuidad de los restantes, ha entrado ya en un jardín sin salida posible. Lo que comenzó siendo una historia que podía haber sido controlada desde el principio con decisiones y autoridad, está terminando en un auténtico desastre para los socialistas, un desastre de imprevisibles repercusiones políticas. La crisis institucional de la Asamblea de Madrid se ha convertido en un resumen muy completo de todas las deficiencias del PSOE de Zapatero.

De la noche a la mañana los socialistas han resucitado los fantasmas de la corrupción, de la indisciplina, de los acuerdos bajo cuerda, de la falta de responsabilidades políticas y de la incapacidad para tomar decisiones. Cuando la crisis de la Asamblea de Madrid inicia ya su tercera semana, Rodríguez Zapatero se encuentra cada vez más acorralado por su propia estrategia. Ha decidido apostar por una carta que nadie entiende, incluidos muchos dirigentes de su propio partido. Cada día que pasa, es un día que desperdicia para retomar el timón. En política, no debería asustar tanto aceptar los errores y al mismo tiempo reconocer las responsabilidades; y el lider de los socialistas se ha vendado los ojos, se ha tapado los oídos y se ha lanzado a una carrerra hacia ninguna parte. Sinceramente, Rodríguez Zapatero ha adoptado una actitud que le puede costar muy cara.

La Asamblea de Madrid puede ser la tumba real para Zapatero. Dicen que en el PSOE nadie pone en duda su candidatura para las elecciones del año 2004, ya que no hay tiempo para improvisar un nuevo cartel electoral. Es cierto que no queda mucho tiempo; pero cuando un partido político está en crisis se puede esperar cualquier cosa. El Partido Socialista de Rodríguez Zapatero atraviesa por la crisis interna más galopante desde la última etapa felipista. Son muchos escapes de agua, todos incontrolados y todos muy graves. Pero la Asamblea de Madrid es un compendio de todos los desmanes. Un Zapatero inmovil, incapaz de tomar decisiones, rechazando dimisiones, no queriendo aceptar responsabilidades políticas y apostando por refugiarse hasta que la tormenta pase, es una auténtica caricatura política. Un caricatura que está levantando críticas internas en el PSOE. Críticas cada vez más fuertes y cada vez más personalizadas.

Si Zapatero no reacciona en los próximos días, en las próximas horas, la tormenta está asegurada. Una tormenta larga, fuerte, dura y con todo el aparato eléctrico. Y, en esas condiciones, nadie pondrá la mano en el fuego por el lider del PSOE. A Zapatero comienza a llevársele por delante la corriente, y cada vez tiene menos apoyos. El patio no está para bromas.

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