El plano de Madrid está hecho para que se despiste el invasor. El puente de Segovia no conduce a Segovia y la plaza de Oriente está en el Occidente de la ciudad. Pero nada como el “IFEMA”, que nadie sabe bien lo que significa. El extranjero que llega a Barajas y quiere ir a la Feria de Madrid no ve más que este letrero: “Recintos Feriales”. Así que sigue la dirección indicada, pero esa denominación ya no aparece más. En sucesivas intersecciones verá “IFEMA” o bien “Feria de Madrid”. Por si acaso, el viajero desorientado consulta un mapa, pero ahí solo pone “Parque Juan Carlos I”. Es todo más o menos lo mismo, pero en cada lugar se emplea una etiqueta distinta. Quizá la buena sea el planillo del Metro, pero la estación correspondiente reza “Campo de las Naciones”. Seguimos sin saber cómo se llama el lugar donde se realizan las ferias y congresos. Por si fuera poco, hay un Palacio de Congresos, pero está en la Castellana. Con lo fácil que hubiera sido dejar el nombre primitivo donde se asienta hoy el Parque Juan Carlos I. O sea, el Campo de las Naciones, es decir, los Recintos Feriales, el IFEMA, la Feria de Madrid. Ese nombre originario era “Olivar de la Hinojosa”, un bello octosílabo. ¿Y si empezáramos otra vez por ahí?
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Libro