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Sinceramente ya no sé si cuando David Beckham, en plena gira japonesa, dijo sentirse "conmocionado" por la noticia del precipitado adiós de Del Bosque, el inglés se refería al entrenador salmantino o bien, confundido por el idioma y el "jet-lag", entendió que Manuel Redondo Sevilla -mano derecha del presidente Florentino Pérez- desaconsejaba definitivamente "El Bosque" (que no al Del Bosque) como residencia para la pareja más "fashion" del fútbol mundial.

El Real Madrid le encargó a la filial de "Knight Frank" en España la localización de una vivienda acorde a las necesidades de los dueños de la mansión de Sawbrigdeworth, conocida irónicamente como "Beckhingham Palace", y Victoria quedó realmente encandilada con "El Bosque", una curiosa parcelilla en el límite entre Madrid y Guadalajara, con dos mil metros cuadrados construidos, baños turcos y cuadras, valorada en unos cinco millones de euros. A la "ex Spice", propietaria de otro castillo con fantasma incluido, no le impresionaron ni la mansión que los herederos del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez tienen en La Moraleja, ni tampoco "La Murta", palacio ubicado en La Florida y que lleva quince años cerrada, ni el chalé que el club posee en la calle Conde de los Gaitanes.

Cómo cambian los tiempos. Hace treinta años, Raimundo Saporta aconsejaba a los futbolistas que fueran al peluquero antes de conocer a don Santiago y, por si ello fuera poco, les incitaba al ahorro en forma de ladrillos. Hoy la maquinaria merengue se moviliza, toda a una como en Fuenteovejuna, para encontrarle a Beckham un domicilio de quinientos metros cuadrados habitables. ¿Se imaginan a Poli Rincón dando vueltas por un palacio con un patio central decorado con arcones, esculturas y cortinones, dos pabellones y siete dormitorios?... ¡Se volvería loco!... Pero es que Rincón no es nada "fashion", y ni siquiera se enfada si al llegar a casa no encuentra doce botellas de leche (doce, ni una más ni una menos) en la nevera.

Si al final Victoria se sale con la suya y acaba cediendo el Real Madrid que Queiroz no se enfade si David no llega a tiempo a alguno de los entrenamientos preparados por el portugués. Quizás no haya encontrado la salida de "El Bosque". Esa será la maldición perfecta del buen entrenador salmantino, la de impedir que el nuevo y flamante fichaje de Florentino salga a tiempo de un palacete que sólo por una "d" no lleva su mismo apellido. Muchas cuadras. Demasiados capiteles.

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