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Juan Manuel Rodríguez

ONCE, la punta del iceberg

La renuncia de ONCE a seguir colaborando en el patrocinio de un equipo ciclista que lleva funcionando ininterrumpidamente desde el año 1989 no puede sorprender a nadie. El insistente rumor surgió durante el Tour de Francia y resultó imposible acallarlo una vez que Beloki se vio forzado a abandonar la ronda gala. ¿Qué habría pasado entonces si Joseba no hubiera sufrido aquella desgraciada caída en el "col" de la Rochette? Es seguro que el español habría representado entonces el mayor escollo entre el estadounidense Lance Armstrong y su quinto Tour de Francia... ¿Y qué habría sucedido si Beloki hubiera llegado el primero a París? Eso es "ciclismo-ficción", pero estoy por asegurar que ONCE habría continuado entonces dando su dinero sin rechistar. Si ahora ONCE adelanta su decisión de abandonar y luego ocurre lo mismo con ibanesto.com, el ciclismo español habrá sufrido una quiebra muy importante.

Es viendo a Heras, Rubiera o Beltrán colaborando de forma tan activa con Armstrong para que éste consiguiera entrar triunfante en las calles de París cuando surge la pregunta: ¿por qué se ahoga nuestro ciclismo? Excepción hecha del gigante americano, los mejores ciclistas en las grandes vueltas suelen ser españoles. Tenemos escaladores capaces de ofrecer el mejor espectáculo en la montaña, contrarrelojistas del máximo nivel e incluso sprinters (ahí está el caso de Oscar Freire, doble campeón del mundo) que hacen las delicias de todo el mundo. La Vuelta a España ha superado en importancia al Giro de Italia y la televisión –factor fundamental– transmite las grandes carreras por etapas. ¿Entonces? Cada día hay más aficionados pero disminuyen las licencias y también existen menos escuelas ciclistas. A finales de 2002 había 88 ciclistas españoles corriendo fuera de nuestro país. Kelme no ha desaparecido de milagro y Relax ha tenido que recortar su plantilla. Sólo Euskaltel Euskadi tiene garantizado su futuro a medio plazo, y no por interés comercial sino por el innegable componente nacionalista del mismo. ¿Por qué el dinero sale huyendo de nuestro ciclismo?

En el caso de ONCE, los expertos apuntan como factor fundamental el hecho de que la marca ya no pueda tener mayor notoriedad entre los españoles. Todo el mundo sabe qué es la ONCE y conoce perfectamente ("tú me das cremita, yo te doy cremita") qué es el cupón. El equipo ciclista, por tanto, era sólo una cuestión de prestigio nacional del que ahora deberá responsabilizarse Eroski en solitario si es que realmente quiere continuar.


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