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Ignacio Villa

La deriva de Zapatero

El secretario general del PSOE ha perdido una oportunidad única e irrepetible para callarse. José Luis Rodríguez Zapatero ha podido aprovechar la actual situación de Irak, tras el atentado contra la oficina de Naciones Unidas en Bagdad, en el que ha muerto el militar español Manuel Martín Oar, para iniciar un cambio de actitud y de estrategia que devuelva al PSOE al lugar donde residen los partidos serios, responsables y con una visión global de las políticas de Estado. Ha podido dar un giro, un cambio de rumbo que saque a su partido de la compañía de Izquierda Unida; pero ha vuelto a desperdiciar esta ocasión, posiblemente la última para cambiar antes de iniciar la carrera electoral de las generales del año 2004.

Después de escuchar a Rodríguez Zapatero en la rueda de prensa que ha ofrecido en Sevilla, en la que ha recuperado sus teorías, ruinosas y vacías de contenido, sobre la crisis de Irak, las preguntas nos asaltan de forma estrepitosa. ¿Se equivoca él solo o son sus colaboradores los que le conducen a estos desastres? ¿Son sus propias torpezas o son los consejos de Caldera, Rubalcaba o Blanco los que propician estas equivocaciones cada vez más irreversibles? ¿Es incapacidad de liderazgo o son las trampas que le tienden desde el Grupo Prisa? ¿Tan difícil es salir del error, o es que Felipe González le impide recuperar el tono político que enseñó a todos al llegar a la Secretaría general del PSOE?

Quizá no sea una sola la razón que le está llevando a tanto tropezón consecutivo, sino que posiblemente sea una mezcla cuidada y calibrada de esta larga lista de errores que están colocando a Zapatero en el disparadero. Pero lo cierto es que llegó con un proyecto para 2008 y, a este paso, llegará con dificultades a 2004 como punto final de recorrido. Además, ante el asombro de todos, esta huida hacia ninguna parte que ha emprendido el secretario general de los socialistas es cada vez más incomprensible. Durante la guerra de Irak, se convirtió en una comparsa de Izquierda Unida. Se apuntó sin contemplaciones a la política asamblearia, se desmarcó de la responsabilidad institucional y entró en una dinámica facilona de demagogia que supuso un sonoro fracaso: primero, en las elecciones municipales y autonómicas; y después, en el Debate sobre el Estado de la Nación, del que Rodríguez Zapatero salió escaldado.

Zapatero se ha equivocado en el fondo y en la forma y no parece estar dispuesto a rectificar. Está encantado con su "giro" a la izquierda, pero mientras gira y vuelve a girar, se emborracha cada vez más con el mareo y se aleja a toda velocidad de una posible mayoría electoral. Las urnas han sido claras: cuanto más cerca esté de Llamazares, más lejos se encontrará de la mayoría parlamentaria necesaria para gobernar España. Pero no sólo se lo dijeron los escrutinios del pasado 25 de mayo, sino que también se lo han recordado desde dentro de su partido: el propio José Bono le insistía, no hace mucho, al afirmar que, sin el votante de centro, ese mismo votante al que él mima en Castilla-La Mancha, el PSOE no volverá al poder.

Pero aquí no acaba todo. Parece que para Zapatero no es suficiente con perseverar en el error. Ahora, además, ha conseguido "reinventar" un discurso ¿pacifista? y de ¿conseso? que nadie entiende. Mezcla el atentado terrorista de Bagdad, en el que ha muerto el militar español Martín Oar, con los cascos azules, con la legalidad internacional, con el papel de Naciones Unidas, con la guerra "ilegal", con los errores de la Coalición y –cómo no– con Bush, Blair y Aznar, a quienes culpa de todos los males de Irak, del mundo y del universo. Y, por si este embrollo no fuera suficiente, le pide a Aznar que rectifique. Es decir, lo de siempre: criticar a todos sin buscar soluciones. Pero encima, ahora, mezcla conceptos y papeles como si fuera un principiante. En fin, que Zapatero, no contento de ir de la mano de Gaspar Llamazares, ahora ha conseguido "fabricar" un discurso indescifrable.

A este paso, no lo duden, que instalado como está Zapatero en esta dinámica, todavía veremos nuevas entregas.

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